Ratifica el Ejército su lealtad al poder civil y al Presidente

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La ceremonia de entrega de ascensos a militares y marinos efectuada en Palacio Nacional, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue el escenario donde el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), general Luis Cresencio Sandoval, ratificó su lealtad al primer mandatario: Somos leales y guardamos profundo respeto a la institución presidencial que usted representa al haber sido elegido en un proceso democrático y transparente.

Congregados en la sede del poder presidencial, centenares de militares promovidos al rango jerárquico superior atestiguaron el discurso del general, encaminado a disipar dudas acerca de la lealtad castrense al primer mandatario.

Respaldamos su proyecto de gobierno con lealtad, profesionalismo y honestidad, aseveró el general Sandoval antes de destacar el margen de operación de las fuerzas armadas en México: Nuestra madurez institucional está fraguada en el apego al estado de derecho y a la subordinación al poder civil.

Aunque ya había pronunciado su discurso, el secretario de Marina, almirante José Rafael Ojeda, permaneció de pie a un costado del general con el fin de acudir juntos, al concluir la intervención, a la salutación oficial a López Obrador.

Como testigos del discurso de Sandoval que reivindicó a las instituciones republicanas estaba el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, y en representación del Poder Legislativo, la diputada Dolores Padierna y la senadora Mónica Fernández.

Hace unas semanas, un discurso del general Carlos Gaytán –subsecretario de la Sedena en el gobierno de Felipe Calderón– generó suspicacias por la inconformidad manifiesta durante un acto oficial encabezado por el general Sandoval.

En aquella fecha Gaytán cuestionó que el resentimiento de una pretendida izquierda polarizara a la sociedad y, en el caso de las fuerzas armadas, hiciera sentirlos inquietos y ofendidos porque los militares fuimos formados con valores axiológicos sólidos que chocan con la forma con la que hoy se conduce al país.

Si bien en esos días López Obrador habló de su proclividad a la libertad de expresión aun dentro de la disciplina militar, envió mensajes en redes sociales donde destacó que en México no hay la más mínima oportunidad para los Huertas, Francos, Hitler o los Pinochet. El México de hoy no es tierra fértil para el genocidio ni para canallas que lo imploren. Agregó: hay una sociedad amante de la legalidad y de la paz que no permitiría otro golpe de Estado. Fueron mensajes, reconoció después, difundidos ante la imprudencia del posicionamiento de Gaytán.

Este miércoles, en un discurso de tres minutos y medio, el general Sandoval expresó hasta en ocho ocasiones la lealtad militar al Presidente y a las instituciones, apelando al desempeño histórico de las fuerzas armadas como –parafraseó al propio López Obrador– instancias que son pilares del Estado mexicano. Las fuerzas armadas han contribuido a la estabilidad del país, a partir de una democracia legítima y la confianza social.

Una democracia que corresponde a los poderes de la Unión, a las autoridades de los tres órdenes de gobierno y a todos los mexicanos seguir fortaleciendo como una responsabilidad social. Destacó que bajo esta administración las fuerzas armadas han recibido nuevas responsabilidades, retos y desafíos que exigen de los militares de tierra, mar y aire preparación integral y actualizada que nos permita afrontarlos con éxito.

Sandoval sostuvo que el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea no buscan beneficios personales ni protagonismos. Ceremonia coincidente con el 109 aniversario de la Revolución Mexicana, movimiento que, recordó, fue germen del Ejército.

En su oportunidad, Ojeda informó de la promoción de mandos militares con antigüedad de 10 a 45 años, que sumaron 6 mil 479 hombres y mil 699 mujeres entre generales, almirantes, jefes, capitanes, oficiales, tropa y marinería.

López Obrador no pronunció discurso alguno, pero se veía satisfecho al entregar los nuevos grados a los militares que asistieron a Palacio Nacional –otros los recibieron en varias sedes castrenses–, en especial al general de ala Eduardo Hernández Velázquez.

En ese momento, el moderador de la ceremonia leyó la carta de felicitación que el presidente López Obrador le entregó por su misión a Bolivia con el propósito de traer a México a Evo Morales, tras una instrucción de la Fuerza Aérea para concretar el asilo político que México otorgó al mandatario sudamericano.

“Ustedes –escribió López Obrador, dirigiéndose a los dos militares que ejecutaron la operación, aunque sólo uno fue promovido ayer– contribuyeron al objetivo de la Presidencia de la República de garantizar el derecho constitucional de asilo, enaltecienzdo los principios de fraternidad y amistad del pueblo de México en el concierto de las naciones del mundo.”

Hernández es hijo del general Fernando Hernández, también piloto e integrante del célebre Escuadrón 201, que participó en la Segunda Guerra Mundial.

                                                         
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