El fenómeno podría tener un «efecto devastador» en programas y aparatos electrónicos, reporta la prensa británica.
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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El planeta Tierra experimentó el pasado 29 de junio el día más corto de su historia al completar su movimiento de rotación en menos de 24 horas.
Ese día, el planeta giró en torno a su propio eje 1.59 milisegundos antes de que se cumplieran las 24 horas del tiempo estándar, de acuerdo con el portal timanddate.com.
La Tierra registró así su día más corto desde que los científicos comenzaron a usar relojes atómicos para medir su velocidad de rotación.
Los días más rápidos anteriores se alcanzaron el 19 de julio de 2020, con 1.47 milisegundos menos respecto del tiempo habitual, y una semana después, el 26 de julio, cuando el día fue 1.50 milisegundos más corto.
Esto que aumenta la posibilidad de que pronto se necesite un segundo bisiesto negativo para que los relojes coincidan con los cielos, destacó el diario británico The Telegraph al dar a conocer la noticia.
“Por lo general, la velocidad de rotación promedio de la Tierra disminuye ligeramente con el tiempo. Los cronometradores se han visto obligados a agregar 27 segundos bisiestos al tiempo atómico desde la década de 1970 a medida que el planeta se desacelera. Pero desde 2020, el fenómeno se ha revertido: los récords de velocidad se batieron con frecuencia en los últimos dos años”, añadió.
Si bien el efecto es demasiado pequeño para que los humanos lo noten, puede acumularse con el tiempo, lo que podría afectar los sistemas modernos de comunicación y navegación por satélite que dependen de que el tiempo sea consistente con las posiciones convencionales del Sol, la Luna y las estrellas, destacó el medio europeo.
Significa que pronto será necesario eliminar ese tiempo “sobrante”, agregar un segundo bisiesto negativo y acelerar los relojes globales por primera vez.
¿Cuál sería la causa?
Expertos han sugerido que un fenómeno conocido como «Chadler Wobble» puede estar detrás del fenómeno, plantea The Telegraph.
La velocidad de rotación de la Tierra varía constantemente debido al complejo movimiento de su núcleo fundido, los océanos y la atmósfera, así como al efecto de los cuerpos celestes como la Luna.
La fricción de las mareas y el cambio de distancia entre la Tierra y la Luna hacen que la velocidad de rotación del planeta sobre su eje varíe diariamente, detalla el rotativo.
“El bamboleo de Chandler es el cambio en el giro de la Tierra sobre su eje y normalmente hace que la rotación de la Tierra aumente, lo que significa que lleva más tiempo completar un giro. Pero en los últimos años el giro se ha vuelto menos tambaleante”, destaca.
El doctor Leonid Zotov, del Instituto Astronómico Sternberg de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú, cree que esta falta de oscilación puede estar detrás de los días más rápidos y presentará su teoría la próxima semana en la reunión anual de la Sociedad de Geociencias de Asia y Oceanía, añadió
“La amplitud normal del Chandler Wobble es de unos tres o cuatro metros en la superficie de la Tierra, pero de 2017 a 2020 desapareció”, explicó Zotov al sitio web Timeanddate.
A principios de la década de 2000, la amplitud del «Chadler Wobble» comenzó a disminuir y en 2017-2020 alcanzó un mínimo histórico justo cuando la duración del día comenzó a acortarse.
Los cambios en la duración de un día estándar solo se descubrieron después de que se desarrollaran relojes atómicos de alta precisión en la década de 1960 y se compararan con estrellas fijas en el cielo.
El último segundo bisiesto se agregó en la víspera de Año Nuevo en 2016, cuando los relojes de todo el mundo se detuvieron por un segundo para permitir que la rotación de la Tierra se pusiera al día, recordó The Telegraph.
Posibles efectos
El cambio en la rotación de la Tierra tendrá efectos imperceptibles en la vida cotidiana de los seres vivos del planeta, no así en los dispositivos electrónicos creados por el ser humano.
Por ejemplo, los teléfonos celulares toman como referencia temporal el sistema horario de los relojes atómicos. Al alterarse sus patrones, los programas se ven obligados a introducir segundos intercalares negativos para compensar el tiempo perdido, una acción que no es reconocida de inmediato por los sistemas informáticos, lo que generaría problemas de procesamiento.
De acuerdo con The Independent, el segundo intercalar negativo podría crear problemas en los sistemas informáticos. Citando un blog del portal Meta señala que el segundo intercalar “beneficia principalmente a los científicos y astrónomos”, pero que es una “práctica arriesgada que hace más daño que bien”.
“Esto se debe a que el reloj pasa de las 23:59:59 a las 23:59:60 antes de volver a las 00:00:00, y ese salto temporal bloquea los programas o corrompe los datos debido a las marcas de tiempo en el almacenamiento de datos.
“Del mismo modo, si se produce un segundo bisiesto negativo, el reloj pasará de las 23:59:58 a las 00:00:00, lo que, según Meta, podría tener un ‘efecto devastador en los programas que dependen de temporizadores o programadores’”, destaca The Independent.