El mandatario federal se mostró tajante al afirmar que no está de acuerdo con el funcionamiento que ha mostrado el SNA que, afirmó, ha servido para “tener control de áreas estratégicas donde se puede robar con impunidad”.
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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “No me quiero reír a carcajadas” respondió el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre los resultados que muestra el Sistema Nacional Anticorrupción porque afirma que “no funciona, es simulación y es gasto innecesario”.
El mandatario federal se mostró tajante al afirmar que no está de acuerdo con el funcionamiento que ha mostrado el SNA que, afirmó, ha servido para “tener control de áreas estratégicas donde se puede robar con impunidad”.
“Yo no voy a promover eso, nunca estuve de acuerdo con eso, no creo que eso ayude, existe la secretaría de la Función Pública que era la antigua Contraloría, existe la Auditoría Superior de la Federación del legislativo, existe el Legislativo en particular, la Cámara de Diputados que tiene como facultad exclusiva la aprobación y seguimiento del presupuesto; existe el Poder Judicial entonces hay instituciones suficientes, la Fiscalía General, si usted sabe de un caso de corrupción va y presenta la denuncia a la Fiscalía, no lo veo necesario”, señaló.
También insistió en que representa una duplicidad de funciones, porque se trata de seguir agrandando el aparato burocrático y que el presupuesto que debería llegar a la población, se queda en quienes integran las instituciones; además de que la entrega de la información es responsabilidad de cada una de las entidades de gobierno.
“Cuando aprobaron el Sistema Nacional Anticorrupción no se dieron cuenta de que en la Constitución no se consideraba delito grave la corrupción, imagínese si no fue una vil simulación, por qué no primero reformaron la Constitución para declarar delito grave la corrupción, eso lo hicimos nosotros, no, lo que querían fue el aparato porque así engañaban de que de esa manera íbamos a combatir la corrupción, íbamos a tener acceso a la información, no iba a haber monopolios, todos estos organismos de la llamada sociedad civil”, indicó.
El Ejecutivo federal dijo tener desconfianza a dichos organismos y expuso el caso del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) que se creó para hacer pública toda la información relacionada con el gobierno “y no hubiese corrupción, ¿sirvió para eso? No, no ha servido y nos cuesta mil millones de pesos al año”.
El presidente reconoció que no se trata de un asunto de leyes, porque de ser así no habría problema en la aplicación de lo dispuesto y no se generarían problemas.
“No hay ninguna ley que diga que está permitido robar y roban, lo que hay que hacer es cambiar la mentalidad, formar gente honesta, que existan en las universidades, bueno, desde los libros de texto de primaria, que se eleve la importancia de la honestidad como forma de vida, como forma de gobierno más allá que la corrupción”, señaló.
Agregó que una actitud peor que la corrupción es la deshonestidad, que está relacionada con ser congruente, pero en los anteriores gobiernos en el sector educativo no se hablaba del problema de esta falta de valores para que los jóvenes no replicaran ese tipo de acciones irregulares.
También reprochó que el presidente de la República no tenga facultades para participar contra los agentes preponderante
“¿Por qué al a república de los independientes? Para proteger intereses y para simular que se combatía la corrupción, el ocultamiento de información y por eso se necesitaba la transparencia que en efecto es una regla de oro de la democracia, pero, ¿para qué el aparato?”, cuestionó.