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En México «existió un narcoestado, que ya no existe, porque no estamos nosotros asociados, involucrados con el narcotráfico, somos distintos”, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador, en referencia al caso del ex secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, Genaro García Luna.
En el salón Tesorería de Palacio Nacional, señaló que la dirigencia del PAN se quedó “como pasmada” tras el falló que condenó al ex funcionario por cinco delitos, entre ellos: empresa criminal continua, conspiración de distribución internacional de cocaína, conspiración para importarla (a Estados Unidos) y hacer declaraciones falsas a las autoridades.
“Ya empezaron a manifestarse los dirigentes del PAN, acerca de si es militante o no García Luna, pues eso no es lo fundamental, es que fue hombre clave para enfrenta la delincuencia y se asoció a la delincuencia con (Vicente) Fox, que sí era militante del PAN (…) Y fue secretario de Seguridad Pública de (Felipe) Calderón, y de acuerdo a las leyes, el titular del Ejecutivo, nombra a sus secretarios (de Estado), depende del Presidente el secretario de Seguridad Pública, y Calderón también llegó al gobierno impulsado por el PAN”.
López Obrador enfatizó que “entiendo que es una situación difícil para ellos, pero también es una oportunidad”, pues destacó que no pueden deslindarse de García Luna. “Tendrían que pedir una investigación a fondo, que se profundice. Que informe cómo era su relación con Fox, con Calderón. Todavía hay tiempo para que García Luna actúe como testigo protegido (…) no sólo para que disminuya el tiempo de estancia en la cárcel, sino por su contribución a sanear, purificar la vida publica de México, y que no se vuelva a repetir”.
Afirmó que “nadie, en ningún nivel de la escala pública, se atreva a entrar en contubernio con la delincuencia organizada y de cuello blanco, que se separe, que se deslinde lo que es la responsabilidad pública de los intereses económicos, del influyentismo, de la ilegalidad. Es una gran contribución para el futuro de la vida publica del país, para nuestra generación y los que vienes detrás”.
En Palacio Nacional, durante la conferencia matutina, el presidente López Obrador aseguró que deben existir “infinidad de testimonios” sobre los indicios que se tenían de las actividades de García Luna, por lo que consideró que “es una llamada de atención para la justicia mexicana, porque se debió juzgar aquí”.
Explicó que “tuvimos elementos, se presentaron, ya lo habían detenido, pero existe sobre todo la desconfianza, ya no tanto ahora, en el Ejecutivo, sino en el Poder Judicial que necesita reformarse”.
Citó el caso del narcotraficante Rafael Caro Quintero, quien fue puesto en libertad por un juez en un llamado “sabadazo”, y agregó: “tengo que estar cuidando hasta eso. ¿Cómo que lo sueltan? Ya después cambian la resolución, pero ya se fue”.
Incluso, destacó, el mismo día que se juzgaba a García Luna, un juez ordena que se descongelen las cuentas de sus esposa, y “le estoy pidiendo con todo respeto, a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a los ministros de la Corte, a los consejeros de la Judicatura que tienen la función de vigilar el buen comportamiento (de los jueces), que expliquen esta situación, que informen, y se quedan callados”.
Agregó que “es un llamado de atención, para decir ya, que no haya impunidad, que no haya contubernio, es que así como estaba tomado el Ejecutivo, tomado, secuestrado, era una república aparente, simulada, entonces es un proceso de transformación que lleva tiempo.Hay que seguir limpiando los poderes en su conjunto, pero vamos muy bien”.