Carlos III, coronado rey en un ritual de hace más de mil años; así fue la ceremonia

Carlos III fue coronado como rey de Reino Unido y sucesor de Isabel II en un ritual que data de hace más de mil años. Así fue, paso a paso, la ceremonia.

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LONDRES (AP).- Carlos III fue coronado este sábado 6 de mayo en la Abadía de Westminster como rey de Reino Unido y sucesor de Isabel II en la primera ceremonia formal de coronación en 70 años en el país.

El rey Carlos III ingresó a la Abadía de Westminster para una ceremonia de coronación basada en antiguas tradiciones en un momento en que la monarquía enfrenta un futuro inestable.

El monarca cruzó la gran puerta oeste del templo mientras un coro interpretaba “I was glad», compuesta por Hubert Parry para la coronación de Eduardo VII.

El rey Carlos III y Camila llegan a la ceremonia de coronación. Foto: AP/Kirsty Wigglesworth, Pool

Vestido con una larga túnica de color rojo oscuro, avanzó lentamente por el templo detrás de su esposa, Camila, la reina consorte.

El príncipe Jorge, el hijo mayor del heredero al trono, el príncipe Guillermo, era uno de los cuatro pajes de honor que portaban la cola del atuendo de su abuelo.

Gritos de “Dios salve al rey Carlos» y toques de trompeta resonaron en la Abadía de Westminster mientras los más de dos mil invitados a la coronación reconocían al nuevo monarca.

Esta tradición medieval comenzó cuando el arzobispo de Canterbury presentó a Carlos III a los asistentes como el “rey indudable”. Después, les pidió que mostraran su apoyo con el cántico.

La abadía estalló en vítores y fanfarria de trompetas.

El rey Carlos III de Gran Bretaña con la Corona Imperial de Estado, el Orbe y el Cetro del Soberano sale de la Abadía de Westminster después de su coronación. Foto: Ben Stansall/POOL photo vía AP

Otros tres presentadores siguieron al arzobispo, repitiendo las mismas palabras. Cada una de las veces, el coro de voces repitió atronadoramente su respaldo.

En cada una de las cuatro aclamaciones, el rey se giró en una dirección distinta para representar los cuatro puntos cardinales.

Luego, Carlos III prestó el solemne juramento de gobernar al pueblo de Reino Unido con “justicia y misericordia”, y de fomentar un entorno en el que personas de todas las creencias y credos puedan vivir libremente.

El juramento es el segundo de los cinco elementos del histórico rito de coronación, arraigado en más de mil años de tradición.

Carlos dijo que estaba dispuesto y, tras colocar la mano sobre la Biblia, prometió solemnemente hacerlo. Después besó el libro.

La ceremonia se modificó para reconocer el cambio en la composición religiosa del país.

Por primera vez, líderes religiosos budistas, hindúes, judíos, musulmanes y sijs participan en la coronación, en un reflejo del voto de Carlos de ser “el defensor de las creencias”, en lugar de “el defensor de la fe”.

El rey Carlos III recibió su unción, la parte más sagrada e íntima de los rituales de coronación.

Carlos y Camila se quitaron sus Túnicas de Estado y el rey se vistió con una túnica de lino blanco y la “Supertunica”, una túnica dorada de cuerpo entero, prendas que simbolizan tanto la humildad como el esplendor, destinadas a reflejar las dos naturalezas de Jesucristo.

Se sentó en la antigua Silla de Coronación de roble, que ha sido parte de cada coronación desde 1308. Los guardias colocan un biombo alrededor de la silla.

Luego se le presentan objetos ceremoniales que simbolizan el poder secular y espiritual. Eso incluye el Orbe, que representa el mundo bajo Cristo, y el Anillo del Soberano, que simboliza el matrimonio de un monarca con su pueblo. Carlos usará el Guante de la Coronación y sostendrá el Cetro con la Cruz, un símbolo del poder terrenal, en su mano derecha. En su mano izquierda llevará el Cetro con la Paloma, que representa la autoridad espiritual y la misericordia.

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, vertió aceite de una ampolla o frasco con forma de águila y luego lo frotó en las manos, el pecho y la cabeza del rey.

La ceremonia tiene sus raíces en la historia bíblica de la unción del rey Salomón y originalmente fue diseñada para confirmar que el soberano fue elegido directamente por Dios.

Posteriormente, el arzobispo de Canterbury colocó la pesada corona de oro y joyas de San Eduardo sobre la cabeza de Carlos a la mitad de la misa de dos horas.

La coronación es la pieza central de la ceremonia y es la única vez durante su reinado que Carlos usará la corona de oro macizo.

Tiene un gorro de terciopelo morado, una banda de armiño y arcos entrecruzados rematados por una cruz. Tiene rubíes, amatistas, zafiros, granates, topacios y turmalinas.

Después de la ceremonia, Carlos cambiará la corona de 2.08 kilogramos por la Corona de Estado Imperial, que pesa aproximadamente la mitad, para la procesión de regreso al Palacio de Buckingham.

Acto seguido, el príncipe Guillermo se arrodilló ante su padre para jurar su lealtad al monarca. “Seré su vasallo y devoto servidor. Que Dios me ayude”, dijo Guillermo.

El príncipe Guillermo besa a su padre, el rey Carlos III. Foto: Yui Mok, Pool vía AP

Tradicionalmente, los miembros de la realeza y los lores se arrodillan ante su nuevo monarca y le rinden homenaje, pero esta vez ese gesto fue reemplazado por lo que los organizadores han llamado como “El homenaje del pueblo”: las personas que miran en casa y desean hacerlo están invitadas a decir “Dios salve al rey Carlos”, o seguir las palabras de la liturgia.

Camilla, la reina consorte, fue ungida y coronada con la corona de la reina María. Los clérigos le entregaron el Cetro de la Reina Consorte con Cruz y la Vara de la Reina Consorte con Paloma.

El coro cantó una nueva canción, “Make a joyful noise”, compuesta por Andrew Lloyd Webber.

El rey Carlos III y la reina Camila recibieron la sagrada comunión cuando su ceremonia de coronación en la Abadía de Westminster se acercaba a su fin.

Justin Welby, el arzobispo de Canterbury, dirigió a la congregación para rezar el Padre Nuestro, y el coro cantó mientras la pareja real recibía pan y vino.

El recién coronado rey Carlos III y la reina Camila salieron de la Abadía de Westminster para una gran procesión de regreso al Palacio de Buckingham.

Carlos llevaba la Corona del Estado Imperial y una túnica de terciopelo púrpura con adornos de armiño mientras caminaba lentamente por la antigua iglesia al ritmo de “God Save the King” (Dios salve al rey). Las campanas de la iglesia sonaron.

La lluvia caía cuando el rey y la reina salían de la iglesia, pero estaban protegidos por una carpa transparente que conducía al Carruaje Dorado de Estado, un carruaje que se ha utilizado en todas las coronaciones desde 1831.

                                                         
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