El desolador paisaje es provocado por descuidos humanos, advirtió un ministro de Seguridad Pública canadiense
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La ciudad de Nueva York se convirtió en una extensión del universo de la película de ciencia ficción Mad Max de George Miller al amanecer este miércoles cubierta por un extenso y abrumador humo que mantiene en vilo a los habitantes de la Gran Manzana que pese ello, salen a las calles para tratar de hacer su rutina diaria ante el paisaje cubierto con la espesa niebla de color marrón.
La gente para su marcha para ver y explicar qué es lo que sucede en su ciudad ante el misterioso humo cuyo origen se presentó en su vecino país del norte, Canadá. En la zona donde se percibe la mayor parte de la neblina de humo es en Weehawken, Nueva Jersey, reporta la agencia AFP. Por ese motivo las autoridades estadounidenses han tomado cartas en el asunto.
Por la extensión del humo, las autoridades neoyorquinas señalaron que se emitieron alertas de contaminación del aire en todo Estados Unidos debido al humo de los incendios forestales que han estado ardiendo en Canadá durante semanas. Al momento, la provincia canadiense de Quebec se ha convertido en el más reciente epicentro de los 160 incendios que aún asolan al país, la mayoría fuera de control.
En la región de Abitibi-Temiscamingue, la más afectada de la provincia, más de 650 kilómetros al norte de Montreal, los incendios que han perturbado las explotaciones mineras y forestales son «preocupantes«, declaró el primer ministro de Quebec, François Legault.
«Estamos experimentando una situación nunca antes vista… en todo Quebec», advirtió Francois Bonnadel, ministro de Seguridad Pública de la provincia, al apuntar que un alto número de esos incendios son provocados por descuidos humanos.
Tardarán semanas en apagar los incendios en Canadá
«En el oeste de Canadá suele haber muchos incendios forestales. En Quebec no», señaló el primer Ministro Legault. «Pero ahora mismo todo está ardiendo«.
Unos 4 mil 400 evacuados pudieron regresar a sus hogares en la ciudad septentrional de Sept-Iles, a orillas del río St. Lawrence, gracias a las lluvias que ayudaron a detener el avance de las llamas. «Estamos muy, muy felices de ver llover», declaró Legault en rueda de prensa.
Pero más al norte, añadió, hay «un enorme incendio que tardará semanas en extinguirse por completo, así que debemos mantener la cautela». En los últimos años, Canadá se ha visto afectado repetidamente por fenómenos meteorológicos extremos, cuya intensidad y frecuencia han aumentado debido al calentamiento global.
Tras los grandes incendios registrados en mayo en el oeste del país, sobre todo en las provincias de Alberta y Saskatchewan, la lucha se ha desplazado en las últimas semanas a Nueva Escocia, en la costa Atlántica, y a Quebec.
Decenas de incendios siguen ardiendo en el oeste del país: 62 en Alberta, 76 en la Columbia Británica más occidental y 24 en Saskatchewan. Por su parte, Quebec ha registrado 424 incendios forestales desde el deshielo de primavera, más del doble de la media anual de la última década.