La universidad de UCLA, en Los Ángeles, ha mostrado una encuesta en la que se profundiza en los gustos y prioridades de los ‘centennials’ en su visionado de series y películas
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Menos sexo y menos romance. Así es como la generación Z prefiere que sean las películas y series que se precian a escoger en sus diversas aplicaciones o en las salas de cine. Un estudio de la universidad de UCLA, en Los Ángeles, ha preguntado a los centennials, 1.500 jóvenes comprendidos entre los 10 y los 24 años, sobre sus preferencias audiovisuales.
Mientras que el 47,5 por ciento dijo que el sexo “no es necesario” para la mayoría de los programas de televisión y películas, un 44 por ciento de los encuestados siente que el romance está “sobreutilizado”. Las nuevas generaciones no le otorgan, de esta forma, más peso a la historias romántico-eróticas en la gran pantalla con respecto a otros géneros. No en vano, el 44 por ciento de los jóvenes que han participado en el cuestionario afirmar que preferirían “limpiar el retrete” a tener una cinta por internet (a través de aplicaciones del estilo de Tinder o Bumble).
De esta forma, las nuevas generaciones rechazan, según la encuesta, las escenas de sexo gratuitas que no aportan nada a la trama. Según la revista Psychology Today, la generación Z ha declarado tener menos relaciones sexuales que las personas de entre 30 y 40 años. Las tasas de actividad sexual llevan años disminuyendo, siendo el descenso aún más pronunciado entre centennials. El magacín afirma, además, que sus relaciones se producen con menor frecuencia y con menos parejas, sobre todo en el caso de los hombres jóvenes.
Sentirse representados en pantalla
Otros resultados arrojados por la encuesta hablan del tipo de temática que la generación Z busca a la hora de escoger un largometraje o una ficción: buscan historias con “contenido esperanzador y edificante con personas que vencen las adversidades” y sobre “personas con vidas como la mía”. En otras conclusiones, la mayoría de los encuestados (56 por ciento), prefiere ver historias originales en lugar de franquicias, adaptaciones y remakes.
Los estereotipos raciales en los programas no gustan nada a los centennials, que rechazan de lleno la falta de diversidad en las cintas y series que consumen. De hecho, el mero hecho de que una persona de color interprete a un villano o a un personaje con rasgos negativos tampoco es de su agrado.
El estudio de la universidad de UCLA llega después del estreno en Netflix de la película Sin malos rollos. Su aterrizaje en la plataforma ha generado cierto debate y revuelo en redes sociales después de que en una de las escenas de la cinta se vea a Jennifer Lawrence completamente desnuda. Muchos se preguntan, así, si dicha imagen era necesaria.