Las autoridades de Bolivia y Perú celebraron un acuerdo de extradición para entregar a Héctor René Ghetta Carrillo, narcotraficante ligado al Cártel de Sinaloa
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Con las manos esposadas y escoltado por dos militares de Bolivia, Héctor René Ghetta Carrillo fue entregado en extradición al Gobierno de Perú para que enfrente cargos por narcotráfico en el país andino.
De acuerdo con información de las autoridades de Estados Unidos, Ghetta Carrillo es uno de los vínculos del Cártel de Sinaloa con las organizaciones criminales de Perú para traficar drogas desde Sudamérica a México.
Por tal razón la Interpol emitió una ficha roja para dar con su paradero, algo que las autoridades de Bolivia lograron en marzo de 2022 cuando lo detuvieron en la localidad de Santa Cruz; sin embargo -y sin precisar el motivo-, lo dejaron en libertad hasta que volvieron a capturarlo el pasado miércoles en Cochabamba.
Al anunciar la entrega del narco mexicano, el viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani, informó que en el intercambio de información con las autoridades de Perú identificaron que Héctor René Ghetta Carrillo era requerido por la justicia de aquel país por antecedentes relacionados con el narcotráfico.
Respecto a las autoridades de Perú, al tener noticia de que el narcotraficante mexicano ya había sido detenido en Bolivia, en septiembre pasado iniciaron con el proceso de extradición que finalmente se cumplió la tarde del jueves en la ciudad de Desaguadero, en la frontera entre ambos países.
Mamani indicó que Héctor René Ghetta Carrillo -como otros criminales- operaba en Perú, pero al ser buscado por la policía internacional y las autoridades locales, se refugió en Bolivia donde siguió dedicándose a actividades criminales.
Los tentáculos del Cártel de Sinaloa en Sudamérica
Investigaciones de la Agencia para el Control de Drogas (DEA) refieren que el Cártel de Sinaloa logró acuerdos con organizaciones criminales de Perú para crear un “Corredor Panamericano” que les permitiera el trasiego de drogas desde Sudamérica hasta Estados Unidos y Asia.
En Perú el Cártel de Sinaloa logró consolidarse en regiones del Alto Huallaga y junto a los ríos Apumirac, Ene y Mantano -todas dentro de la zona selvática- para la fabricación de drogas que después envían a México en embarcaciones rápidas que hacen escalas en Costa Rica, Honduras, Panamá y El Salvador.
Sin embargo, no es el único país al que el Cártel de Sinaloa ha tendido sus tentáculos, también se encontraron grupos locales de Colombia, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Chile, Brasil y Argentina que tienen lazos con el cártel mexicano.
Cárteles mexicanos apuntan a principales productores de cocaína
Perú, Colombia y Bolivia son los tres principales productores de cocaína en el mundo, por ello no sorprende que miembros del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) hayan tejido alianzas con grupos de esos países para coordinar el envío de droga hasta los puertos mexicanos de Michoacán, Colima, Jalisco y Sinaloa, entre otros.
Además de Héctor René Ghetta Carrillo, otros criminales como Raúl Flores Hernández y José González Valencia -estos dos últimos del CJNG- fueron descubiertos en Bolivia, donde además de organizar el envío de drogas a México, buscaban adquirir bienes inmuebles y consolidar empresas para lavar y enviar dinero a sus jefes en Jalisco y Sinaloa.
Pero no sólo los cárteles mexicanos expandieron la estructura de sus organizaciones a estos tres países, informes de la Policía Boliviana identifican al Primer Comando Capital y Comando Vermelho (Brasil), Cártel de Medellín y Cártel del Norte del Valle (Colombia) y la ‘Ndragueta (Italia), como los cárteles con mayor presencia en el país.
El 9 de agosto pasado el asesinato del excandidato presidencial de Ecuador -país con uno de los puertos clave para el trasiego de drogas a Europa- Fernando Villavicencio reveló parte de los tentáculos de los cárteles mexicanos con el crimen sudamericano; “Los Choneros” ligados al Cártel de Sinaloa habrían amenazado al político previo a su homicidio y horas después del crimen un grupo de presuntos integrantes de “Los Lobos”, vinculados al CJNG, se adjudicaron la autoría del ataque.