Algunos productos sustitutos del azúcar como los edulcorantes no calóricos como el aspartame se ostentan como “saludables”, sin embargo, recientemente algunos se han catalogado como posibles cancerígenos y tóxicos para algunas personas
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En esta época de frío en la que se antoja estar acurrucado y tomar una bebida caliente hay que tener cuidado con qué tipo de endulzante que usamos para evitar una tragedia decembrina.
Hay que tener en cuenta que algunos productos sustitutos del azúcar como los edulcorantes no calóricos como el aspartame se ostentan como “saludables”, sin embargo, recientemente algunos se han catalogado como un posible cancerígeno y tóxico para muchas personas.
¿Qué son los edulcorantes?
El aspartamo, sucralosa, estevia y sacarina son edulcorantes no calóricos, sustancias utilizadas para endulzar alimentos y bebidas sin añadir calorías significativas. Su popularidad radica en su capacidad para satisfacer el deseo de dulce sin contribuir a la ingesta calórica, siendo útiles para personas que buscan controlar el peso o gestionar condiciones como la diabetes.
Contrario a lo que se piensa, son mucho más dulces que el azúcar, por lo que se requiere menos cantidad para lograr el mismo nivel de dulzura y se utilizan en una variedad de productos, desde refrescos dietéticos hasta alimentos procesados y productos horneados sin azúcar.
Peligros de su consumo
Aunque se consideran seguros en cantidades normales, es importante tener en cuenta las necesidades dietéticas individuales y la posibilidad de efectos secundarios en algunas personas.
El caso específico del aspartame es un edulcorante artificial ampliamente utilizado en productos alimenticios, dulces o golosinas y bebidas bajos en calorías, está compuesto por ácido aspártico y fenilalanina, es seguro para la mayoría de las personas, pero aquellos para aquellos que padecen fenilcetonuria deben evitarlo, ya que el cuerpo no puede metabolizar la fenilalanina.
La fenilcetonuria es un trastorno hereditario que causa la acumulación de fenilalanina (tipo de aminoácido) en la sangre. En ocasiones produce retraso mental, problemas del comportamiento y el movimiento, convulsiones y retraso del desarrollo.
En mayo pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una guía contra el uso de los edulcorantes artificiales para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, la investigación señala que el uso prolongado de edulcorantes artificiales no es eficaz y podría generar riesgos para la salud.
En concreto advierten que su uso continuo no es útil para reducir la grasa corporal y incrementar el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedad renal crónica, conducta alimentaria, varios parámetros cognitivos, además del asma y las alergias en la población infantil, sin embargo, la investigación también refiere que hace falta realizar más estudios para especificar los tipos de cáncer que propician su ingesta.
En conclusión, se sugiere que el consumo de edulcorantes no aumentan el riesgo de cáncer en general, pero pueden plantear riesgos para los pacientes con determinadas condiciones de salud, por lo que se sugiere limitarse en su ingesta.