Los cárteles de la droga sumarían un aproximado de hasta 175 mil integrantes por lo que habría empresas más pequeñas que el crimen.
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Como seguimiento a una investigación publicada hace unos meses sobre los cárteles en México, se mostró que el crimen organizado es el quinto empleador más grande en el país debido a los reclutamientos semanales que realiza.
El investigador Rafael Prieto-Curiel enfatizó en otros datos relevantes sobre el tema, uno de ellos es que incluso habría empresas más pequeñas que el crimen organizado.
De acuerdo con esta información, los cárteles suman un aproximado de 175 mil empleados. La cifra contrasta con el promedio de trabajadores contratados por algunas empresas.
Por ejemplo, sería menor al número de empleados que tiene Oxxo con 168 mil empleados e incluso menor a Bimbo con 138 mil empleados.
Que 175.000 personas trabajen para el crimen no es cuestión de derecha o izquierda. Que un estudio revele estos datos, tampoco es de derecha o izquierda.
Es de políticas de seguridad muy fracasadas en el momento más violento de nuestro país. https://t.co/TQCeJj1KdC
— Rafael Prieto-Curiel (@rafaelprietoc) February 13, 2024
Otras empresas con una flotilla menor de trabajadores son: Pemex con 124 mil, Coppel con 114 mil, Grupo Salinas con 100 mil y Adecco con 97 mil.
‘Empleados’ de los cárteles terminan muertos o en la cárcel
Prieto-Curiel explicó que los miembros de los cárteles tienen una carrera corta y muy violenta. La investigación detalla que en un lapso de 10 años, de 2012 a 2022, 20 por ciento estaban en prisión y 17 por ciento había muerto; mientras que solo el 63 por ciento eran miembros activos.
El investigador alertó que si la tendencia sigue como hasta ahora, el número de asesinatos también crecerá, al igual que como ocurrió durante el sexenio actual.
“Todo político intenta minimizar el problema de inseguridad de su país. Pero lo que no se puede minimizar es que hoy, México es mucho más violento que en 2012″, dice parte del hilo de ‘X’, antes Twitter, mediante el cual Rafael Prieto-Curiel precisa datos sobre la investigación.
En la realización del estudio, también participaron Gian Maria-Campedelli y Alejandro Hope; vislumbra dos posibles escenarios: preventivo, el cual estaría destinado a prevenir el reclutamiento de nuevos integrantes del crimen organizado y el reactivo sería para aumentar la incapacitación de miembros del crimen a través de detenciones y encarcelamientos.
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