Horas después de presumir unidad, el Tribunal Electoral se divide por caso de Arturo Zaldívar

Durante la sesión de la Sala Superior, los dos bloques antagónicos de magistrados expresaron sus diferendos respecto a la denuncia contra el ex presidente de la Corte.

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Escasas horas después que su presidenta sostuviera que “no hay división” al interior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la Sala Superior de la institución se volvió a fracturar en torno a una sanción emitida contra Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, por unas declaraciones que dio a favor de Morena mientras era ministro en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Durante la sesión de la Sala Superior, los dos bloques antagónicos de magistrados expresaron sus diferendos respecto al caso de Zaldívar, al que la derrotada candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz y una organización llamada Movimiento Político Restaurador de México denunciaron ante el Instituto Nacional Electoral (INE) por actos anticipados de campaña.

El grupo integrado por Mónica Aráli Soto Fregoso, Felipe Alfredo Fuentes Barrera y Felipe de la Mata Pizaña –identificado por su cercanía con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador–, aprobó una resolución que señala que el Instituto Nacional Electoral (INE) “carece absolutamente de competencias” para investigar a los ministros de la SCJN, por lo que decidieron “revocar los acuerdos de admisión respectivos y dejar sin efectos todo lo actuado respecto de las faltas atribuidas al recurrente”, es decir, a Zaldívar.

El dueto contrario, integrado por los magistrados Reyes Rodríguez Mondragón y Janine Otálora Malassis –a quienes se atribuye una cercanía con la oposición–, estima por su parte que el TEPJF debería consultar a la SCJN para saber qué institución tiene la facultad de revisar una queja de esta naturaleza.

El agravio entre magistrados en torno a este caso tiene más de medio año. El tema de fondo en noviembre de 2023, en el momento en que Zaldívar presentó su renuncia para integrar el equipo de Sheinbaum.

El 7 de ese mes, Zaldívar hizo pública su renuncia –que fue ratificada por el Senado el 15 de noviembre– y subió una fotografía con Sheinbaum en sus redes sociales, para informar sobre una reunión con la entonces precandidata de Morena. Al día siguiente, indicó en entrevista con Ciro Gómez Leyva que integraría el equipo de la exjefa de gobierno capitalino.

Acto seguido, Xóchitl Gálvez y su equipo presentaron una denuncia contra Zaldívar y Sheinbaum ante el INE por presunto acto anticipado de campaña. Zaldívar impugnó la queja, con el argumento de que la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral del INE no tenía competencia para investigarlo, ya que solo la SCJN puede actuar en contra de un ministro.

En diciembre, el caso llegó en las manos del magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, entonces presidente del TEPJF. Rodríguez elaboró una resolución que planteaba hacer una “consulta competencial” a la SCJN para determinar de manera definitiva que el INE no podía conocer del caso.

El pasado 4 de enero, Rodríguez presentó su proyecto, que fue rechazado con los votos en contra de los tres magistrados del bloque rival, con el argumento de que el TEPJF no tenía por qué preguntarle a la SCJN sobre un asunto que caía en su ámbito de decisión. De hecho, en ese momento Rodríguez ya no era presidente del TEPJF, pues había sido forzado a renunciar a ese cargo después de que sus tres colegas lo desconocieran.

El caso Zaldívar entró en la congeladora, hasta que la magistrada Mónica Soto, ahora presidenta, se comunicó anoche con los demás magistrados para indicarles que se trataría el asunto en la sesión de hoy, con carácter de “urgente”. La resolución aprobada hoy entierra por completo la idea de hacer una consulta a la SCJN, pues recalca que el INE “no es de ninguna manera competente para conocer de una queja en contra de un ministro”.

El tema ocupó largos minutos de la sesión de hoy de la Sala Superior, en la que emergieron las rencillas entre Rodríguez y Soto heredadas de la batalla por la presidencia del TEPJF –cada uno se refirió a la presidencia del otro en declaraciones cargadas de reclamos–, y durante la cual Rodríguez y Otálora asumieron posturas críticas hacia la resolución de Soto.

La tensión evidente entre los dos bloques de magistrados contrastó con el discurso que Soto dio a la prensa minutos antes del arranque de la sesión, en la cual exhortó a que los temas del tribunal “no nos lleve siempre a la esquina de que estamos peleados o que hay división”, pero reconoció que “la magistrada Otálora, el magistrado Reyes y nosotros tres, que generalmente nos ven siempre más, podemos tener más afinidades o no de manera personal, pero no tiene que ver con un tema sustantivo de división, ni mucho menos”.

                                                         
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