El periodista dio a conocer algunos detalles que hay detrás de la carta que se dio a conocer el pasado martes
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Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública en México, afirmó en una carta que le ofrecieron dinero y libertad a cambio de convertirse en testigo protegido y acusar a varios expresidentes, empresarios y otros altos funcionarios del país. En la carta enviada, García Luna mencionó que le pidieron declarar contra Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Además, señaló que también debía implicar a algunos de los empresarios más ricos de México, como Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego. Esta información fue revelada por Carlos Loret de Mola en su columna de opinión publicada este miércoles.
Según Loret de Mola, el ofrecimiento a García Luna pretendía “imputar personas e instituciones que en el corto plazo debilitaría el desarrollo, paz pública y vida institucional de México”. La meta final era desmantelar desde Estados Unidos a la clase política, empresarial y mediática del país. Para este “maxiproceso” se tenía el objetivo de declarar que en México operó un narco-estado entre los años 1989 y 2018.
Carlos Loret de Mola describió cómo el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) puso este tema sobre la mesa como parte de las negociaciones con Estados Unidos en 2019. López Obrador buscaba que México se convirtiera en un “tercer país seguro” para los migrantes y permitiera una operación más laxa de la DEA en suelo mexicano. Según la carta de García Luna, “el trato incluía una remuneración económica y la garantía de libertad en seis meses”.
Loret de Mola señaló que tres fuentes diferentes confirmaron esta información, incluyendo una fuente que no tiene ninguna relación con el ex secretario de Seguridad Pública y otra que incluso lo considera culpable. “Si esta información me llegara solamente de fuentes del equipo de defensa de García Luna, no la estaría publicando”, escribió Loret de Mola.
La carta de García Luna también hace referencia a la existencia de videos, audios, fotografías y registros de comunicaciones entre López Obrador y sus operadores con los líderes del narco y sus familias, que aún no son completamente públicos. Este tipo de peligrosas revelaciones añade aún más tensión a su situación, pues está a punto de recibir una sentencia que, según especialistas, significará “una larga vida tras las rejas” para él.
Además, el columnista destacó que este esquema de buscar testimonios contra la clase política y empresarial no es nuevo, pues es similar a los casos de Emilio Lozoya y Juan Collado, quienes también fueron presionados a testificar contra figuras prominentes en México. “Es exactamente lo mismo que buscó la 4T con Emilio Lozoya y Juan Collado”, indicó Loret de Mola en su columna.
En enero de 2019, tras su detención, García Luna enfrentó acusaciones de recibir millones de dólares del narcotráfico para facilitar sus operaciones desde el gobierno. El juicio siguió un curso donde múltiples testigos y pruebas fueron presentadas en su contra.
El texto de Loret de Mola sugiere que la información proporcionada por García Luna y la consiguiente postura del gobierno reflejan un intento de control y deslegitimación de la élite política y empresarial. “El objetivo era desmontar desde Estados Unidos a toda la clase política, empresarial y mediática de México. Deslegitimarla, aniquilarla”, mencionó el periodista.
En su análisis, Carlos Loret de Mola coloca el contenido de la carta de García Luna en el contexto del actual panorama político en México, así como en el contexto personal del autor de la carta. “La carta de García Luna, como la de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, debe ser ubicada en el contexto de lo que está pasando en el país pero también en el contexto que atraviesan quienes las están escribiendo”, subrayó Loret de Mola.
García Luna, cuya sentencia está programada para el 9 de octubre, escribió que rechazó el trato ofrecido para declarar contra estas figuras significativas. Al no aceptar, no se llevó a cabo el “maxiproceso” ni México se convirtió oficialmente en un “tercer país seguro”. La carta, según Loret de Mola, “deja huecos, pistas y mucho para leer entrelíneas”.