Manifestación y cierre de vialidades
Duro golpe al gobierno municipal y a la ciudadanía, por parte de sindicalizados quienes paralizaron actividades en el centro de Puerto Vallarta.
Tensión, malestar y tráfico al por mayor.
Todo lo anterior a escasos días de que el gobierno municipal de MORENA entregue el poder al entrante PVEM.
Hoy, el centro de Puerto Vallarta fue escenario de un caos inesperado debido a las protestas llevadas a cabo por trabajadores del sindicato municipal.
Desde las primeras horas de la mañana, cientos de empleados se concentraron en las principales calles, bloqueando el tránsito y generando importantes afectaciones en la rutina diaria de residentes y turistas.
Las manifestaciones, motivadas por demandas laborales, paralizaron por completo varias arterias de la ciudad, generando un colapso en el tráfico vehicular que se prolongó durante horas.
Los trabajadores del sindicato, visiblemente molestos, portaban pancartas y coreaban consignas exigiendo mejoras salariales y el cumplimiento de beneficios previamente acordados con el gobierno local.
El clima de tensión fue evidente cuando los manifestantes bloquearon los accesos a edificios gubernamentales, impidiendo la entrada y salida de empleados municipales.
Además, la presencia de elementos de seguridad no logró disipar la situación, y algunos enfrentamientos verbales entre manifestantes y conductores exasperados fueron inevitables.
El turismo, uno de los motores principales de Puerto Vallarta, también se vio afectado.
Muchos turistas quedaron atrapados en el centro de la ciudad, mientras que otros tuvieron que cancelar sus planes debido a la imposibilidad de desplazarse.
Los negocios locales reportaron pérdidas significativas, ya que la falta de flujo de clientes se sintió a lo largo del día.
Los servicios de transporte público se vieron comprometidos, aumentando la frustración tanto de los ciudadanos como de los visitantes.
A medida que avanzaba el día, las autoridades locales intentaron establecer un diálogo con los representantes sindicales, pero las negociaciones no lograron frenar el ímpetu de las protestas.
La incertidumbre sobre cuándo podría normalizarse la situación dejó un ambiente de inquietud en la ciudad.
Mientras tanto, Puerto Vallarta, conocido por su vibrante vida turística, vivió una jornada marcada por el descontento social y el caos en sus calles.