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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La orden ejecutiva que firmó hoy el presidente estadunidense, Donald Trump, con el objetivo de combatir el crimen organizado transnacional y el tráfico internacional, no incluye ninguna nueva disposición, pero plantea el incremento del apoyo a los “socios extranjeros” en materia de seguridad.
A través de esta orden ejecutiva, titulada “Fortalecimiento de la ley federal con respecto a las organizaciones criminales transnacionales”, Trump ordenó a las agencias estadunidenses “destinar los recursos suficientes para identificar, prohibir, interrumpir y desmantelar las organizaciones criminales internacionales”, y a maximizar la coordinación entre ellas.
La orden se limita en instruir a las agencias y los grupos especializados existentes –como el Grupo de Trabajo para la Mitigación de Amenazas, el Grupo de Combate al Crimen Organizado en materia de Drogas o el Centro de Inteligencia y Operación en Crimen Organizado Internacional– a “desarrollar estrategias” y a realizar “esfuerzos adicionales” para frustrar la operación de las organizaciones criminales.
Trump también urgió a las agencias a cooperar con sus homólogas extranjeras “a través del intercambio de información de inteligencia e información policiaca, así como a través de un incremento del apoyo en el sector de la seguridad a los socios extranjeros por parte de la Procuraduría General y del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).
La Iniciativa Mérida, mediante la cual el gobierno de Estados Unidos financia parte de la militarización de la lucha contra el narcotráfico en México, podría verse reforzada a través de esta orden ejecutiva.
Entre 2010 y 2015, mil 600 millones de dólares de ayuda estadunidense fue entregada al gobierno mexicano a través de esta iniciativa, y la administración de Barack Obama planteó un presupuesto de 129 millones de dólares para ella en 2017.
Los fondos de la Iniciativa Mérida se destinan a la compra y entrega de material militar y de seguridad, al entrenamiento y la capacitación de agentes mexicanos –ya sean policías, agentes migratorios, pero también jueces e integrantes de la Procuraduría General de la República (PGR)– y a la militarización de las fronteras, entre otros.
El canciller Luis Videgaray Caso viajó a Washington ayer, donde sostuvo reuniones con John Kelly y Rex Tillerson, respectivos secretarios de Seguridad Interior y de Estado. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que los funcionarios platicaron “con particular énfasis” sobre temas de migración y de seguridad.
La semana pasada, distintos reportes de prensa indicaron que durante la plática telefónica que sostuvieron Trump y Enrique Peña Nieto el 27 de enero, el estadunidense ofreció al presidente mexicano el apoyo militar de Estados Unidos en el combate contra los cárteles –a los que señaló como “bad hombres”– que operan en el país.
Los reportes divergieron respecto al tono de la conversación: la periodista mexicana Dolía Estévez aseguró que el multimillonario “humilló” su contraparte, mientras que la agencia Associated Press aseveró que Trump deploró a Peña Nieto que “sus militares tienen miedo” y CNN planteó que el estadunidense consideró que “ustedes no hicieron un buen trabajo en noquearlos”.