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La liberalización del mercado de gasolinas, que deberá desembocar en la fijación de precios máximos cada día a partir del próximo sábado, será marcada por la realización de elecciones este año, entre ellas la del estado de México, y no sólo por razones de mercado como aseguró el gobierno que lo haría, consideraron académicos.
El precio de la gasolina tiene un impacto político devastador y, como hay elecciones este año, eso genera un incentivo para congelarlo, dijo este martes Raúl Feliz, especialista de la División de Economía del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Con el inicio de este año, el gobierno federal liberalizó el precio de las gasolinas y el diésel, decisión que provocó incrementos hasta de 22 por ciento en el precio a los consumidores. La medida generó una ola de protestas, que en algunos casos fueron acompañadas de saqueos, imágenes que fueron reproducidas en varios medios internacionales.
El 3 de febrero debió realizarse la primera actualización del precio. Ese día, la Secretaría de Hacienda anunció que el aumento en el precio del petróleo y el hecho de que no se registraron movimientos abruptos del tipo de cambio habían generado un espacio fiscal que permitía ofrecer un estímulo fiscal a los importadores de gasolinas, por lo que el precio al público del combustible no varió. Esa medida se amplió hasta el 17 de febrero.
A partir del próximo sábado, el precio al público de las gasolinas y el diésel variará cada día; puede ser al alza o a la baja, en función de los precios internacionales del combustible, el tipo de cambio (la mitad del consumo nacional es importado), los costos de transporte, el margen de ganancia de los propietarios de las gasolineras y el pago de los impuestos federales.
La inflación de enero, causada por el incremento del precio de la gasolina, pudo ser más baja si se hubieran permitido incrementos el año pasado, dijo el académico del CIDE.
En enero, la inflación anual fue de 4.72 por ciento, fuera del nivel establecido por el Banco de México como su objetivo, que es de 3 por ciento con un intervalo de variación de un punto porcentual hacia arriba o abajo.
La razón por la que no se sube no es porque cause inflación. Es un tema político, porque el precio de la gasolina tiene un impacto político. No hay otro argumento. Esto tiene un gran retorno político y es lo que se ha buscado, añadió Feliz.
Por otra parte la Cámara de Diputados solicitó ayer a la Secretaría de Hacienda disminuir el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) a los combustibles en los estados de la frontera para homologar el precio con el del sur de Estados Unidos, decisión que fue aprovechada por Movimiento Ciudadano y Morena para argumentar que se puede bajar ese impuesto en el resto del país.
Edgardo Melhem Salinas (PRI) refirió que según la Cámara de Comercio en Matamoros, las ventas en las gasolineras han caído 40 por ciento, porque los mexicanos prefieren hacer el viaje a Estados Unidos para comprar allá combustibles al precio de referencia de Texas.
Jorge Álvarez Maynez (MC) dijo que cuando se informó a su fracción que el PRI había registrado ese punto de acuerdo, “no dábamos crédito, porque ese partido viene a reconocer que sí es posible darle reversa al gasolinazo, a ese incremento brutal de 20 por ciento en enero, y que la liberación de los precios es una falacia: si el mercado va a fijar el precio las gasolinas, ahora quieren intervenir en una región. Qué absurdo”.
Vidal Llerenas (Morena) expuso que la aprobación del punto de acuerdo es el reconocimiento de que las gasolinas en México subieron porque se incrementó el IEPS a las gasolinas y causó tanto descontento y molestia a la ciudadanía.
Ahora, dijo: cómo justificarán los diputados del PRI de Zacatecas, Jalisco, Nuevo León, Campeche o Michoacán que los priístas de Tamaulipas se pusieron las pilas para trabajar un exhorto para bajar los precios de los combustibles en un estado y los otros se cruzaron de brazos ante este absurdo incremento.
Expuso que la homologación de los precios de los combustibles con los de Estados Unidos debe ser para todo el país. Eso sí sería un acto de justicia para todos los mexicanos y si fueran coherentes los partidos de esta cámara, así lo pedirían, planteó.
El PAN, que también votó el gasolinazo en noviembre, expuso que sí es posible reducir en 50 por ciento el IEPS a los combustibles.