Por Paty Aguilar
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Finalmente, luego de varios años de diversos juicios agrarios que se interpusieron contra el Ejido de San Juan de Abajo, por parte de alrededor de 40 ejidatarios de 60 que fueron nombrados ejidatarios por decreto presidencial de 1974, mismos que hace casi 20 años fueron desconocidos por quien fue en ese entonces el presidente del Comisariado, Julio Larios, la semana pasada se dictó sentencia en favor de 6; Rosalío Guerra Gutiérrez, José Pelayo Pelayo, Manuel Becerra, Vicente Cortés, Fidencio Enciso y Manuel Tovar Pelayo, bajo el expediente 519/2014.
Cabe señalar, que alrededor de 20 ejidatarios, en su momento, por intereses de Julio Larios, los reconoció. Luego a través de otros juicios se reconocieron otros tantos, hasta llegar a 34 más o menos, sin embargo, esta última sentencia que ordena reconocer a 6 ejidatarios más, aunque en la pasada Asamblea del Ejido, se mencionó el resultado de la misma, se presume que el Comisariado, interpuso un amparo contra dicha sentencia, esto comentado por algunos ejidatarios cercanos al Comisariado, sin embargo, según se reportó, la Asamblea no tuvo conocimiento.
De ser esto cierto, la sentencia no podrá ser ejecutada hasta que se resuelva dicho amparo, por lo que deberán esperar estos ejidatarios quizá algunos 6 meses más. Sin embargo, de no ser así, es decir, que el Ejido acepte dicha sentencia, que es definitiva, causará ejecutoria en 60 días y entonces, los ejidatarios harán efectivo su derecho y tendrán que ser compensados con los beneficios que dejaron de recibir desde hace alrededor de 20 años.
Así que tarde que temprano, la Asamblea del Ejido de San Juan de Abajo, tendrá que reconocerlos y deberá resarcir los daños económicos que causaron a dichos ejidatarios durante todo este tiempo.
Cabe señalar finalmente, que el contador, Héctor Paniagua Salazar, en aquel entonces, 2013, muy cercano a Julio Larios, fue parte de esta injusticia, porque cuando él fue delegado del RAM de Nayarit, una de las partes en conflicto, le solicitó si efectivamente estas personas eran ejidatarios, y mediante un oficio que se integró como prueba dentro del proceso agrario, dio a conocer que ellos no estaban registrados ante el Registro Agrario Nacional, oficio que fue desacreditado posteriormente cuando desde el archivo general del RAM de la ciudad de México, el licenciado, Rosalío García, que respaldo a estos últimos ejidatarios, logró obtener la lista ejidatarios del decreto de 1974. O sea, dicha lista la hicieron perdediza en el RAM de Nayarit.