Por Mauricio Lira Camacho
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Mientras asaltan restaurantes, policías duermen. Así se refieren afectados en el primer cuadro del puerto.
Restaurantes del centro, botín de asaltantes y los policías «duermen la mona».
En estos últimos días, diversos negocios dedicados a la gastronomía ubicados alrededor de la iglesia de nuestra señora de Guadalupe, han sido objeto de asaltos.
Todos en menos de un mes, en lo que va del presente año.
Lo que refieren afectados a este medio de comunicación, quienes piden no sean publicados sus nombres por temor a posibles represalias, es que no hay rondines de la policía municipal como antaño y los que se ubican como veladores para cuidar el inmueble de la presidencia municipal en el centro, se la pasan durmiendo.
No les interesa su propio trabajo que deben realizar, algo está pasando con la vigilancia en el municipio de Puerto Vallarta.
La ola de asaltos que han sufrido en las últimas semanas, les preocupa sobremanera al grado que los dueños de diversos establecimientos han tenido que erogar una mayor inversión, entre equipos de video seguridad con cámaras, herrería, protecciones para sus puertas y demás.
«Aún así, los asaltantes encuentran la manera de romper candados, abrir canceles y burlar cualquier tipo de seguridad implementada».
Los llamados a las autoridades son oportunos, pero los policías llegan siempre tarde y no hay resultados de investigaciones, aún cuando existe la denuncia formal ante la fiscalía de justicia.
A través de este medio de comunicación, los dueños de negocios afectados hacen un llamado a las autoridades, a efecto de que redoblen las medidas preventivas de seguridad.
Confiaron a este medio que los encargados de los dueños de los baños junto a la iglesia en el centro y el padre mismo, mandaron colocar cámaras, pero no se ha sabido nada de resultado de investigaciones.
Recientemente en el restaurante La Casa de los Omelettes y El Cigala, fueron objeto de asaltos, ambos ya mandaron colocar mayor protección.
«Estos amantes de lo ajeno rompen puertas, abren canceles, usan fuerza, equipo duro, se presume son entre 3 y 4 sujetos los que trabajan demadrugada, para cometer sus fechorías», según relatan veladamente los dueños de estos establecimientos.