Agencias/ La policía francesa mató ayer a un hombre fichado previamente por la policía; atacó una patrulla militar en el aeropuerto parisino de Orly tras gritar que quería “morir por Alá”.
¡Depongan las armas¡ ¡Pongan las manos en la cabeza! Estoy aquí para morir por Alá. De todos modos va a haber muertos”, dijo el individuo, un francés de 39 años identificado como Ziyed Ben Belgacem, según el fiscal de París, François Molins.
El ataque ocurrió a un mes de las elecciones presidenciales en un país que se encuentra desde hace más de dos años bajo amenaza terrorista y en estado de emergencia.
El asaltante tenía antecedentes penales por delitos comunes, y era vigilado por su radicalización a su paso por la cárcel, según los investigadores.
Sobre las 07:00, hora local, el individuo amenazó a una militar con una pistola de perdigones en el primer piso de la terminal sur del aeropuerto parisino. Tras un forcejeo con la joven, logró apoderarse de su fusil de asalto antes de ser abatido media hora más tarde por otro de los soldados de la patrulla.
Antes de atacar a la soldado, Belgacem “tiró al suelo una mochila que contenía un bidón de combustible”, precisó el fiscal ante la prensa.
Hora y media antes de los hechos, durante un control de carretera al norte de París, el mismo hombre había disparado a unos agentes de policías con la pistola de aire comprimido, hiriendo levemente a uno de ellos en la cabeza.
Y poco después había robado un coche a unos 30 kilómetros de ahí, al sur de la capital, antes de dirigirse al cercano aeropuerto de Orly.
“HE HECHO TONTERÍAS”
Belgacem tenía antecedentes por delincuencia común y había sido señalado como una persona “radicalizada”, pero el registro administrativo al que fue sometido en 2015 “no dio ningún resultado”, según una fuente policial.
Tres personas de su entorno están en detención preventiva: su padre, su hermano y un primo, que se presentaron ante la policía por voluntad propia. Éste último vio a Belgacem en la noche del viernes, horas antes del ataque.
Según una fuente cercana a la investigación, el padre y el hermano del agresor indicaron haber recibido una llamada suya en la que les dijo: “He hecho tonterías, le he disparado a gente y me han disparado”.
PÁNICO
En Orly, donde el tráfico aéreo quedó totalmente interrumpido por la mañana y casi tres mil personas fueron evacuadas de la terminal Sur, el ataque suscitó escenas de pánico y confusión, aunque nadie resultó herido.
Una operación de desminado comprobó la ausencia de explosivos, anunció el Ministerio del Interior.
El tráfico aéreo se fue restableciendo por etapas durante la tarde de ayer, hasta quedar totalmente normalizado en la noche.
El presidente francés, François Hollande, elogió “la valentía” de los policías y militares frente a un “individuo particularmente peligroso”.
Y recalcó la “determinación del Estado para actuar sin descanso contra el terrorismo, defender la seguridad” de los franceses “y garantizar la protección del territorio”.
Pero, en un país que está en plena campaña electoral con vistas a los comicios de abril y mayo, la candidata de extrema derecha Marine Le Pen atacó al gobierno tras el ataque.
Nuestro gobierno está superado, desconcertado, paralizado, como un conejo ante los faros de un coche”, afirmó Le Pen durante un mitin en el noreste de Francia, en el que fustigó “la cobardía de toda la clase política ante el fundamentalismo islamista”.
El primer ministro, Bernard Cazeneuve, criticó esas declaraciones y pidió a la política ultraderechista que se comportara con “dignidad”. “La señora Le Pen elige el ultraje ante un acontecimiento grave”, lamentó el premier del país galo.
La militar agredida formaba parte de la Operación Centinela, que se puso en marcha en 2015, cuando se desató una cadena de atentados que causó 238 muertos en Francia. Para el fiscal Molins, el hecho de que el blanco del ataque fuera una patrulla militar de la Operación Centinela “corresponde a las consignas difundidas por las organizaciones terroristas yihadistas”.