Dos de los yates más lujos del mundo se encuentran atracados desde hace varios días en la terminal marítima de Puerto Vallarta se trata de los barcos ATTESSA IV y el CLOUDBREAK
El primero en arribar a este Puerto desde hace poco más de un mes fue el ATTESSA IV, propiedad del multimillonario norteamericano Dennis Washington, quien cuenta con una fortuna de seis mil millones de dólares y la revista Forbes lo sitúa en el puesto 79 en América.
Dicho barco tiene 101 metros de eslora (longitud) y 12,84 de manga (ancho), navega a 23 nudos (42,60 km/H), incluye gimnasio, spa, sala de masajes, así como una plataforma para helicópteros.
Construido en 1999, Washington lo adquirió el año de 2006 y le realizó varias reformas hasta dejarlos en su forma actual; está valorado en 250 millones de dólares, tiene capacidad para 28 huéspedes, atendidos por una tripulación de 21 personas.
Uno de sus huepedes ha sido el multimillonario Bill Gates y su familia han pasado sus vacaciones arriba de la embarcación.
El segundo de los navíos que se destacan en la Terminal de Puerto Vallarta es el CLOUDBREAK, yate explorador de 72.5 metros de eslora y 12.4 metros de manga. El barco fue construido en 2016 por la constructora naviera alemana Abeking & Rasmussen y diseñado por el arquitecto de yates de lujo Espen Øino, que dotó al yate con un diseño estilo militar y sofisticado. Los interiores modernos pero sutiles fueron diseñados por el interiorista parisino Christian Liaigre.
CLOUDBREAK se considera un yate de gran volumen, gracias a su arqueo de 2,200 gt. Según la publicación Boat International, el yate es “un chalet flotante de alta tecnología, que incluye una heli-cubierta, un cuarto para ski, una gran chimenea y el baúl para juguetes más grande del mundo”.
Las otras amenidades del yate también incluyen una amplia área de fitness y spa, así como un moderno sistema de luces y sonido. En cuanto al hospedaje, ofrece 7 camarotes, con espacio para 12 huéspedes y una tripulación de 22.
El yate debe a su nombre a la famosa ola CLOUDBREAK en la isla Fiyi, en el Pacífico, uno de los lugares favoritos de los surfistas. Esto describe a la perfección el espíritu moderno y aventurero de sus dueños, invitados y clientes.