Recrean el viacrucis viviente en Valle Dorado y Valle de Banderas

Por Paty Aguilar
Fotos en Valle Reiki de la Bahía

Como es de todos sabido, el Víacrucis, que se realiza el Viernes Santo, es una manera de rememorar La Pasión de Jesús y de acompañarlo en sus sufrimientos hasta llegar al Calvario. Son 14 estaciones que se colocan sobre las principales calle, en este caso, del fraccionamiento Valle Dorado y de la comunidad de Valle de Banderas, Bahía de Banderas, Nayarit, donde a través de las mismas, se narran los hechos bíblicos desde que Jesús es condenado a muerte hasta que es colocado en el Sepulcro.

En ambas comunidades participaron como actores hombres y mujeres, así como niños de la parroquia que cada año se preparan para caracterizar La Pasión de Cristo y su Muerte Redentora a través del Viacrucis Viviente que rememora el pasaje evangélico más importante de la religión católica que son los momentos más significativos del doloroso camino de Jesús hacia su crucifixión en cada una de las 14 estaciones. Como cada año, las recordamos aquí:

En la primera estación, Jesús es condenado a muerte. En la segunda estación, Jesús es cargado con la cruz. Los soldados, después de azotarlo y golpearlo, después de escupirlo y burlarse de Él, le pusieron una corona de espinas en su cabeza, lo cargaron con una dura y pesada cruz para que la llevara hasta el monte Calvario. Jesús cargó sobre sus hombros el peso de todos nuestros pecados.

En la tercera estación, Jesús cae por primera vez; El monte Calvario, donde iban a crucificar a Jesús estaba fuera de la ciudad de Jerusalén. La cruz que le hicieron cargar estaba muy pesada, por eso Jesús se cayó varias veces. La primera vez, la cruz le cayó encima y se golpeó su cara y sus manos contra las piedras del suelo.

En la cuarta estación, Jesús se encuentra con su Madre. En el camino hacia el monte Calvario, Jesús se encuentra a su Madre. Ella sufría muchísimo al ver que a su Hijo lo llevaban cargando una cruz tan pesada; va caminando muy herido, derramando sangre de su cuerpo. La Virgen destrozada, con solo la mirada le dice: ¡Hijo mío, cuánto te amo siempre estoy contigo!

En la quinta estación, el Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz. Jesús, que estaba muy cansado y herido, no podía caminar más con la cruz. Ningún hombre se atrevía a ayudarlo…, entonces los soldados obligaron a Simón de Cirene para que ayudara a Jesús con la pesada cruz.

En la sexta estación, Verónica limpia el rostro de Jesús. Una mujer del pueblo, al ver la cara de Jesús maltratada, con sangre, desfigurada por los golpes, se acercó a Jesús y con amor y cuidado le limpió y refrescó su cara. Él la miró con agradecimiento, dejándole impreso su rostro, más en su corazón, que en la tela que usó para limpiarle la cara.

En la séptima estación, Jesús cae por segunda vez. Jesús se sentía cada vez más débil por los golpes que le daban y por la sangre que iba derramando. Ya no podía más y volvió a caer golpeándose de nuevo la cara, rodillas y manos, pero levantándose con mucho dolor y trabajo siguió su camino.

En la octava estación, Jesús consuela a las santas mujeres. Por el camino hacia el Calvario estaban unas mujeres, que al ver pasar a Jesús, se pusieron a llorar gritando. Jesús les dijo: -Mujeres, no lloren por Mí, lloren por ustedes y sus hijos-.

En la novena estación, Jesús cae por tercera vez. Jesús no tiene más fuerzas, sus piernas ya no lo sostienen y cae por tercera vez. Pero Él sabe que tiene y quiere llegar hasta el final de su misión. Por eso se levanta y sigue.

En la décima estación, Jesús, es despojado de sus vestiduras. Cuando Jesús llegó al lugar llamado Gólgota donde lo iban a crucificar, los soldados le quitaron su ropa, haciéndole sangrar más las heridas. Después lo clavaron en la cruz y los soldados se rifaron su túnica.

En la décimo primera estación, Jesús es clavado en la cruz. Los soldados acostaron a Jesús en la cruz y le clavaron sus manos y sus pies; después lo levantaron… Jesús quedó colgando en la cruz. Y mientras agonizaba oraba por todos los hombres diciendo: -Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen-. En tanto le gritaban -¡Si Eres Rey de los Judíos, Bájate y Sálvate!

En la décimo segunda estación, Jesús muere en la cruz. La Virgen María estaba al pie de la cruz, y junto a ella el discípulo Juan, a quien Jesús quería mucho. Jesús volvió su mirada amorosa a su Madre y le dijo: -Mujer, ahí tienes a tu hijo-, luego dijo a Juan: -Ahí tienes a tu Madre-. Al final exclamó: -Todo está cumplido-. Y reclinando la cabeza, murió.

En la décimo tercera estación, Jesús es bajado de la cruz. Unos amigos de Jesús llamados José de Arimatea y Nicodemo, lo bajaron de la cruz y se lo entregó a María su Madre. Ella lo recibió en sus brazos; lloraba, lo besaba con mucho amor, nadie podía consolarla… su Hijo estaba muerto.

En la décimo cuarta estación, Jesús es colocado en el sepulcro. Los amigos de Jesús pidieron permiso a Pilato para hacerse cargo del cuerpo de Jesús. Ellos lo envolvieron en una sábana y lo depositaron en un sepulcro nuevo¨. Así sucedió y al tercer día Jesús resucitó y muchos lo volvieron a ver.

                                                         
Compartir

Reportera. Copyright © Todos los derechos reservados Noticias Puerto Vallarta. De no existir previa autorización, queda expresamente prohibida la publicación, reproducción y cualquier otro tipo de uso de los contenidos de este sitio.