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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En 2016, diez años después de que el expresidente Felipe Calderón impulsó la guerra contra las drogas, la paz en México se deterioró 4.3%, según el Índice de Paz Global 2017.
De acuerdo con el estudio, el impacto económico total de la violencia el año pasado fue de 3.07 billones de pesos, lo que representa un aumento de 79 mil millones de pesos.
A pesar del deterioro, añade, en 2016 México siguió siendo casi 14% más pacífico que en 2011, y resalta que la impunidad es un problema generalizado en muchos estados y en las instituciones policiales y judiciales del país, lo que incluye la impunidad de la violencia que cometen algunos actores estatales.
El documento, elaborado por el Institute for Economics and Peace, sostiene que el año menos pacífico fue 2011, cuando la actividad de las Fuerzas Armadas alcanzó su punto máximo y la tasa de homicidios se duplicó respecto de la de 2006.
Para 2012, el país empezó a mostrar mejoría, cuya tendencia se mantuvo durante los siguientes cuatro años. Sin embargo, en 2016 la tasa de homicidio aumentó 18% y se incrementó el uso y la disponibilidad de armas de fuego, lo cual redujo los niveles de paz.
El estado más pacífico en 2016 fue Yucatán, seguido de Nayarit, Tlaxcala, Hidalgo y Coahuila, y los menos pacíficos fueron, en ese orden, Guerrero –por cuarto año consecutivo–, Colima, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur.
El impacto económico total de la violencia en 2016 fue de 3.07 billones de pesos, lo que representa un aumento de 79 mil millones de pesos en el último año. Se estima que esto equivale a una cifra anual total del 18% del PIB, lo que equivale a 25 mil 130 pesos per cápita, monto que representa más de un mes de ingreso para el trabajador mexicano medio, puntualiza el Índice de Paz Global.
Sostiene que a pesar del deterioro del pasado año, México sigue siendo casi un 14% más pacífico en 2016 que en 2011, ya que 21 de los 32 estados registraron avances. La tasa de delitos con violencia se encuentra en su menor nivel en 14 años, mientras que la tasa de homicidio es un 16% menor que en 2011.
Los crímenes de la delincuencia organizada llegaron a su nivel más bajo en una década, volviendo a los niveles previos a la guerra contra las drogas. La tasa de delitos con arma de fuego fue 10% menor que en 2011, aun cuando las últimas tendencias señalan un incremento en la compra de armas.
Nayarit, Durango, Coahuila, Quintana Roo y Chihuahua muestran las mayores mejoras en cuanto a paz en los últimos seis años, mientras que Colima, Baja California Sur, Zacatecas, Oaxaca y Michoacán presentan los mayores deterioros. Estos últimos cinco estados tienen tasas de homicidio crecientes, en particular Colima, cuya tasa en 2016 fue tres veces más alta que sus niveles de 2011.
El índice de Paz de México 2017 describe cuatro importantes áreas de política pública que son decisivas para alcanzar altos niveles de paz: combate a la impunidad, fortalecimiento de la policía, estrategias para disminuir las tasas de homicidio y el papel de los gobiernos locales en la solución del problema. En dichas áreas se han registrado avances.
Por ejemplo, apunta, el porcentaje de personas que confían en la policía aumentó 13% para llegar a 50%, mientras que la percepción general de la corrupción en los cuerpos policiales locales disminuyó 6%. Sin embargo, para los gobiernos locales sigue siendo una asignatura pendiente mejorar el desarrollo y la confianza en la policía.
La investigación del Índice sobre seguridad interna revela que la vigilancia policial es más eficaz cuando existe un alto nivel de legitimidad en los procesos judiciales y la aplicación de la ley. Y los bajos salarios de los policías, agrega, han contribuido a la corrupción y la cooptación por parte de la delincuencia organizada. Los salarios deben ser una compensación adecuada para los policías, subraya.
Otro reto importante para México es reducir los niveles de impunidad, pues en promedio son castigados solo el 9% de los delitos que se cometen. La impunidad es un problema generalizado en muchos estados y en las instituciones policiales y judiciales, lo que incluye la impunidad de la violencia que cometen algunos actores estatales.
Asimismo, existe un alto nivel de impunidad de la violencia contra periodistas, que ha dejado un saldo de 76 de ellos asesinados en 2016.
A pesar de que ha habido avances en el buen funcionamiento del gobierno y bajos niveles de corrupción, esto ha ocurrido a un ritmo moderado, según el estudio.
De 2011 a 2016, un promedio de 13% más de personas manifestó menores niveles de percepción de corrupción en todas las instituciones judiciales y policiales. Sin embargo, los niveles de corrupción siguen siendo demasiado altos, muy por arriba de los pares internacionales de México.
En general, los hallazgos del Índice de Paz de México 2017 destacan la necesidad de mantener el ritmo de la implementación de la reforma de justicia y de mejorar la rendición de cuentas.