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Londres.
La primera ministra británica, Theresa May, prometió este miércoles reprimir el extremismo aun a costa de leyes que protegen los derechos humanos, de salir ganadora en las elecciones de este jueves. Algunos observadores prevén que la gobernante obtendrá un respaldo nunca visto desde los años 80, en tiempos de Margaret Thatcher.
Su principal adversario, Jeremy Corbyn, líder laborista, dijo que el verdadero peligro está en los recortes de los conservadores al presupuesto policial.
En un acto de campaña la noche del martes, May anunció que no permitirá que las leyes de defensa a los derechos humanos se interpongan en la prevención de atrocidades perpetradas por yihadistas en Gran Bretaña.
Me refiero a hacer más fácil para las autoridades la deportación de sospechosos de terrorismo, sostuvo la gobernante, que también pretende restringir la libertad y los movimientos de los sospechosos de terrorismo cuando tengamos suficiente evidencia para saber que son una amenaza, aunque dicha evidencia no sea suficiente para llevarlos ante la corte. Y si nuestras leyes de derechos humanos nos impiden hacer esto, las cambiaremos. Si soy electa primera ministra este jueves, esa labor comenzará el viernes, prometió.
En entrevista para el diario The Sun, May afirmó que buscará duplicar el periodo de 28 días durante el cual está permitido detener a un sospechoso de terrorismo sin presentar cargos.
Lo propuesto por May contradice el manifiesto de los conservadores que promete mantener a Gran Bretaña dentro de la Convención Nacional de Derechos Humanos hasta 2022.
Corbyn ha insistido en que la primera ministra es responsable de la creciente falta de seguridad en Gran Bretaña, lo que se comprueba con dos atentados extremistas en Londres y uno en Manchester en sólo tres meses debido, según el laborista, a los recortes al presupuesto policial que May impuso desde que era ministra del Interior.
En tanto, el cuerpo del turista francés Xavier Thomas fue rescatado este miércoles del río Támesis. Se trata de la octava víctima del atentado del sábado pasado en el Puente de Londres y en el centro gastronómico cercano de Borough Market.
En rechazo al extremismo, al menos 500 imanes y líderes religiosos musulmanes se han negado a oficiar los servicios religiosos de los tres atacantes.