Ciudad de México. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) alertó que el proceso de degradación del suelo en México empieza a tener efectos “dramáticos”, como la declinación de la fertilidad de la tierra y la reducción del contenido de materia orgánica, lo que deriva en zonas improductivas para cualquier actividad económica.
En un comunicado con motivo del Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía, el organismo público subrayó que, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), los problemas sociales y económicos, de seguridad alimentaria, migraciones y la estabilidad política están estrechamente relacionados con la degradación de los suelos, el cambio climático, la diversidad biológica y el abastecimiento de agua potable.
De igual forma, la CNDH advirtió que las actividades humanas son las principales causas de la degradación del suelo, ya que la satisfacción de las necesidades materiales de las personas supone la transformación de los recursos naturales y con frecuencia la alteración del medio ambiente. Esta visión de la naturaleza ha provocado que cerca de la mitad de los suelos del país tenga en la actualidad problemas de degradación y erosión, y aunque todavía es posible desarrollar ahí actividades agropecuarias y forestales, ya se presenta una baja considerable en la producción por el daño en las capas superficiales de las tierras.
Según datos de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación, alrededor de 135 millones de personas podrían desplazarse antes de 2045 como consecuencia de dicho fenómeno, y se espera que el total de la demanda mundial de agua aumente entre 35 y un 60 por ciento hacia 2025, y se duplique antes de 2050.