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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El vínculo del cantante de banda Julián Álvarez, Julión, con una presunta red de lavado de dinero de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación cayó como un balde de agua fría no sólo en Los Pinos. También en Televisa.
La empresa de espectáculos más importante del país había apostado por el intérprete de Ni diablo ni santo como su nueva figura para las audiencias del género grupero. Lo apoyó, lo contrató, lo premió, lo consintió, lo impulsó para formar parte, incluso, del grupo de artistas que le dio la bienvenida al Papa Francisco en febrero de 2016.
Apenas en agosto del año pasado, Julión arrasó con los premios del canal Bandamax, propiedad de Televisa, como Mejor Artista, Mejor Grupo Norteño y Mejor Video del Año por el dueto que grabó con Juan Gabriel, recién fallecido entonces, con el tema La frontera.
Para febrero de 2017, Televisa difundió la versión de que el cantante de 34 años no sólo iba a ser el intérprete del tema principal de su nueva telenovela La doble vida de Estela Carrillo, sino también que incursionaría en la actuación.
Con el firme apoyo de productores y promotores de Televisa, Julión ganó el Premio Lo Nuestro, dedicado a la comunidad latina en Estados Unidos, como mejor artista masculino del año, en medio de proclamas de artistas hispanos contra la política antiinmigrante de Donald Trump.
De la mano de la televisora, en menos de 10 años, Julión creció como la espuma. Lo eligieron como jurado para el reality musical de La Voz México, junto con intérpretes consagrados como Yuri, Laura Pausini y el boricua Ricky Martin.
En un videochat promovido el pasado 25 de enero en el sitio digital “Televisa Especiales”, la empresa redactó esta hagiografía del cantante que nació en “un pueblito llamado Benito Juárez, de Chiapas” y que “llegó al mundo de la música para convertirse en uno de los consentidos del género grupero”.
Según la redacción de Televisa, “la suerte de Julión llegó cuando la banda El Recodo asistió a Chiapas. Poncho Lizárraga le dijo que tenía potencial y le facilitó su llegad a Mazatlán, Sinaloa. Trabajó en una marisquería y luego, dentro de la Banda Mr. Lobo, liderada por Alberto Lizárraga”.
El texto sigue: “La combinación de acordeón, tuba y bajo sexto marcaron el particular estilo de Julión”. La empresa lo calificó como “fenómeno de venta nacional gracias a Terrenal, Tú no tienes la culpa y Ni lo intentes.
Julián Álvarez generó una agria polémica cuando declaró que a él le gustaban “las mujeres que sepan barrer, trapear y cocinar”.
Televisa minimizó al máximo este escándalo. “Julión era intocable, a pesar de sus desplantes y de su falta de calidad como cantante y autor”, confió uno de los productores musicales que ha sido corrido por la empresa de Azcárraga Jean.
Las empresas Noryban Productions, con sede en Mazatlán, JCAM Editora Musical, con domicilio en Guadalajara, y Ticket Boleto S.A., las tres de Julián Álvarez, fueron “congeladas” por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. A las tres se les vincula con la red de lavado de dinero encabezada por Raúl Flores Hernández.