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El eventual estallido en 2018 de una guerra de escala mundial podría originarse en cinco regiones, según observa Robert Farley, especialista estadounidense en defensa y seguridad nacional, informa The National Interest.
Corea del Norte
El analista subraya que esta crisis es la más peligrosa de todas, sobre todo a raíz del éxito de Corea del Norte en la fabricación de misiles balísticos y debido a la inexperiencia diplomática de la Administración Trump. Ambos países tienen incentivos para lanzar un ataque preventivo. En el caso de EE.UU., porque podría destruir las comunicaciones e instalaciones antes que Corea del Norte lanzara sus misiles, mientras que Pionynag podría querer evitar este escenario mediante su ataque.
Por todo ello, la prolongación de este conflicto entre Corea del Norte y Estados Unidos y la tensa situación en la región podría acabar arrastrando a Japón y a China a una eventual guerra, advierte Farley.
Taiwán
El investigador llama la atención sobre el aumento de las actividades militares de China en la región, condenadas por EE.UU., que ha respondido al creciente poder militar de Pekín en la zona con el anuncio de un gran acuerdo de venta de armas a Taiwán. La incertidumbre política entre ambas paísos podría desatar un conflicto en la región, cree el especialista.
Ucrania
Otro foco de tensión es Ucrania, donde la situación sigue siendo tensa debido a las constantes violaciones de tregua en Ucrania oriental y a la inestabilidad del Gobierno ucraniano.
Farley sostiene que si se deshiciera el Gobierno ucraniano, extremistas de ultraderecha podrían hacerse con el poder en el país, lo que avivaría el conflicto en el este de Ucrania o daría paso a acciones más determinantes de los autodefensas. En este caso, el conflicto en el este del país podría llegar a adquirir un carácter internacional y arrastrar a él a países europeos y a Estados Unidos enfrentados a Rusia, subraya el analista.
Flanco sur de la OTAN
La situación en el flanco sur de OTAN también preocupa al profesor estadounidense. En su opinión, el hecho de que Turquía se acerque de nuevo a Rusia y se distancie de Estados Unidos y de la Unión Europea puede alterar el equilibrio de poderes en la región.
Este eventual cambio en orientación diplomática podría afectar a la situación en Siria, Irak, Irán, los Balcanes y el Cáucaso, detalla Farley. Especialmente peligrosos son el contencioso de Nagorno Karabaj y la crisis vinculada a la aspiración de los kurdos de tener un Estado propio.
Golfo Pérsico
El último puesto en la lista de potenciales focos de conflicto internacional lo ocupa el golfo Pérsico. En particular, Farley llama la atención sobre la confrontación entre Arabia Saudita e Irán. Dado que la Administración Trump ha aceptado la victoria del régimen de Bashar al Assad, ahora EE.UU. redirige sus esfuerzos a la confrontación con Irán, lo que podría deriva en un exceso de confianza en Arabia Saudita, estima el analista.
El concreto, el autor recuerda que Arabia Saudita anunció oficialmente su voluntad de establecer una coalición diplomática y militar contra Irán con la posibilidad de incluir Israel. Asimismo, recuerda que golfo Pérsico es zona de interés de Rusia.