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El año pasado, en Reino Unido fueron denunciados 5.145 casos de niños esclavos o víctimas de tráfico de personas, según estadísticas publicadas el pasado viernes por la Agencia Nacional del Crimen (NCA, por sus siglas en inglés). Se trata de la cifra más alta desde que comenzaron los registros en 2009, informa The Guardian.
Esos datos muestran que el número de víctimas de ese tipo aumentó un 35 % desde 2016. Casi la mitad de los casos se centraban en abusos laborales, mientras que otros estaban relacionados con la explotación sexual (1.744) y la servidumbre doméstica (488).
La NCA detalló que muchas de esas víctimas eran obligadas a mantener relaciones sexuales o ejercer como mulas de drogas por parte de grupos que utilizan niños vulnerables para enviar estupefacientes de las ciudades a las zonas rurales.
En esas estadísticas, por primera vez ciudadanos británicos formaron el colectivo más grande —819 casos—, seguidos de niños de Albania y Vietnam: 777 y 739, respectivamente. Otros países de origen frecuentes son China, Nigeria, Rumania, Sudán, Eritrea, India, Polonia y Pakistán. En total, 116 nacionalidades diferentes se han visto afectadas.
El gerente principal de la unidad de esclavitud moderna y trata de personas de la NCA, Liam Vernon, reconoció que «el número es impactante», estimó que «se trata de un crimen no denunciado en toda su magnitud» y explicó que «no hay ninguna región de Reino Unido que no se vea afectada».
Por su parte, el director de ese organismo británico, Will Kerr, declaró que se enfrentan a «una amenaza en evolución», debido a que «los delincuentes involucrados en estos tipos de explotación están yendo a espacios en línea, particularmente sitios web de servicios para adultos, para habilitar sus crímenes».