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La Iglesia católica redoblará sus acciones para la atención de migrantes y familiares de personas desaparecidas, aseguró el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Alfonso Miranda Guardiola. En entrevista, señaló que también reforzarán los proyectos de derechos humanos y la asistencia a grupos vulnerables, como niños de la calle y mujeres violentadas, esto como parte de sus compromisos adquiridos en el Proyecto Global Pastoral 2031-2033.
Este documento, indicó, va a iluminar e inspirar los planes de pastoral de toda la Iglesia católica en México. Los 30 compromisos orientarán a las diócesis, comisiones y dimensiones. Es un proyecto a 15 años, porque tenemos la imagen de lo que queremos construir.
Sobre la atención a migrantes, dijo que será, “en la medida de lo posible y respetando las leyes, acompañarlos, ayudarlos, brindarles refugio cuando lo necesiten, alimentos y medicinas durante el tránsito por nuestro país.
Por otra parte, es un trabajo a gran escala de la Iglesia católica no solamente con Estados Unidos y los obispos de la frontera, sino también con los de América Latina, mediante el Celam (Consejo Episcopal Latinoamericano) y con el mismo Vaticano, ya que estamos en una red mundial tratando este tema, buscando las mejores respuestas, indicó.
–¿Cuál es su opinión sobre el actuar y las intenciones del presidente Donald Trump en cuanto a los migrantes mexicanos?
–Nosotros proclamamos en primer lugar el respeto de toda persona a no ser victimizada, a no ser robada, agredida, secuestrada y no recibir amenazas o daños. Además, el respeto que como ser humano merece cada persona de parte del prójimo, de la autoridad, sea de donde fuere.
Acompañamiento
En relación con la ayuda que ofrecerán a los familiares de personas desaparecidas, Miranda Guardiola expuso que ya han estado apoyando en Guerrero, Michoacán y especialmente en Veracruz, con nuestros templos, para dar conferencias, para asistirlos, recibirlos, para animarlos, para acompañarlos en esta búsqueda .
–En el Proyecto Global Pastoral se plantea el apoyo a los centros de derechos humanos
–La idea es fortalecerlos, vincularlos y evidentemente crear nuevos centros, siempre para el respeto y defensa de los derechos humanos. Ese es solamente uno de los compromisos pastorales enunciados en el proyecto.
–¿Qué otros compromisos pastorales resaltan?
–La atención a grupos vulnerables, como son las mujeres violentadas, víctimas de trata, niños de la calle, migrantes, las víctimas de la violencia. Por otra parte, están los divorciados que se han vuelto a casar, personas con atracción al mismo sexo y todo lo que tiene que ver con la construcción de paz en la escucha a víctimas, el apoyo a la búsqueda de desaparecidos, a las familias que hacen esto.
Muy especialmente también está el acompañamiento y atención a los jóvenes en su lenguaje, con su impulso, creatividad y su entusiasmo.
–En el proyecto hablan también de la necesidad de un cambio en la economía, pues no se puede mantener este modelo neoliberal. ¿Qué se requiere?
Demanda de economía solidaria
–Pedimos una economía solidaria, que tome en cuenta las necesidades de las personas en la promoción del trabajo, de la educación, que todos tengan acceso a ella, que los jóvenes al salir de las universidades puedan encontrar un empleo digno. Igual, los pueblos originarios, indígenas, el derecho al respeto de sus territorios, de sus recursos naturales, de su cultura, de su idiosincrasia. En fin, una economía más humana que tome en cuenta las necesidades de todos.
–¿Qué opinión tiene sobre lo que han presentado los candidatos a la Presidencia de la República en sus campañas?
–Somos respetuosos de la campaña electoral. Animamos a todos los ciudadanos, a los fieles a participar el primero de julio en las elecciones, emitiendo responsablemente su voto como todo ciudadano, y hemos enviado una oración que ya circula por todo el país pidiendo a Dios que los comicios se desarrollen y culminen en paz.
–¿Con este nuevo proyecto veremos una Iglesia más participativa y cercana?
–Esa es nuestra aspiración. Deseamos ser una Iglesia más cercana, sensible, de puertas abiertas y que sale a buscar al hermano –concluyó.