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La NASA pondrá a prueba a partir de este lunes su avión supersónico F/A-18 en Texas, cerca de la ciudad de Galveston, con el objetivo de medir los niveles de ruido producido en explosión sónica por medio de sensores especiales y con la colaboración de residentes voluntarios, informa la agencia en su sitio web.
El F/A-18 realizará una maniobra especial para reducir el sonido que se produce cuando el avión rompe la barrera del sonido. Según la agencia, pese a que este truco no evita del todo la explosión sónica, el ruido que la gente oye desde el terreno será más suave y no presentará el riesgo de causar daños para personas ni estructuras. Después del vuelo, 500 personas voluntarias informarán la NASA de la intensidad el sonido producido por la aeronave.
La agencia espacial estadounidense intentará usar los datos obtenidos en las pruebas de F/A-18 para el desarrollo de futuros vuelos experimentales de avión supersónico X-59 QueSST. En 2022 la NASA probará el X-59, haciéndolo volar sobre ciertas comunidades residenciales.
De momento, la compañía Lockheed Martin trabaja con la agencia para construir un avión X-59 QueSST con leves explosiones sónicas, lo que podría permitir el uso de aviones supersónicos para la aviación civil en un futuro, lo que podría reducir significativamente la duración de los vuelos, según la NASA.