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En la pasada colaboración presentamos nuestros 10 principales pronósticos para la economía mundial. Ahora les ofrecemos nuestros 10 principales pronósticos para la economía mexicana, en el 2019.
1. La economía mexicana crecerá menos que en el 2018. Estimamos un crecimiento de alrededor del 1.5% en el PIB para el 2019. Por dentro, de la economía prevemos una contracción del gasto de inversión privada, pero vemos que todavía se tendrá una expansión en el mercado interno, aunque mucho más moderada, en el gasto de consumo, ayudado por las remesas, y por los subsidios de los programas asistenciales del nuevo gobierno. El sector exportador irá perdiendo impulso en la medida en que la economía de los Estados Unidos pierda fuerza.
2. La inflación será menor que en el 2018. Frente a una inflación de alrededor del 4.70% para el 2018, prevemos que la evolución de los precios al consumidor vaya perdiendo velocidad en la medida en que los precios de la energía (gasolina y energía eléctrica) se vayan moderando. El incremento del salario mínimo a $102.68 pesos diarios, tendrá un impacto en el primer trimestre. La evolución del tipo de cambio con una menor devaluación prevista que la que se observó en el 2018 también contribuirá a contener los precios de los productos finales. La austeridad del gasto de gobierno es otro factor que ayudará a una menor presión de demanda.
3. El tipo de cambio tenderá a estabilizarse en alrededor de $20.50 pesos por dólar en promedio, pero podría aumentar hacia el fin del año. Esperamos menores presiones cambiarias en la primera mitad del año, en donde prevemos un rango de cotización entre $19.50 y $20.50 por dólar; pero en el segundo semestre la evolución menos favorable del comercio exterior, atribuible a una desaceleración de la economía americana, arrojará un mayor déficit comercial, y mayores presiones cambiarias. Creemos que el tipo de cambio podría rebasar los $21.00 pesos por dólar. El desempeño de la gestión de las finanzas púbicas será otro elemento crítico para que el peso se debilite o se fortalezca.
4. Las tasas de interés podrían seguir subiendo pero a un menor ritmo que en el 2018. El Banco de México enfrentará dos tipos de presiones, las externas, y las internas. En las externas, en los primeros meses del año, el alza de las tasas de interés por parte de la FED influirá para que Banxico tenga que mantener atractiva la inversión en pesos. En la segunda mitad, conforme se desacelere la economía americana, se tendrá una mayor presión cambiaria que podría obligar al Banco a incrementar el spread de las tasas en pesos sobre las tasas en dólares. Las calificadoras internacionales son otro factor que puede generar ruido en los mercados financieros en México y presionar las tasas en pesos. Del lado interno, si bien en nuestro escenario básico prevemos una menor presión inflacionaria, un buen desempeño de las finanzas públicas puede ayudar a que se tenga una menor presión sobre las tasas de interés domésticas, un mal desempeño podría presionar muy fuerte al tipo de cambio y por lo tanto a las tasas de interés.
5. El desempleo aumentará en el 2019. Vemos muy probable que la creación de empleos que ha estado creciendo a una tasa promedio del 4% anual en los últimos años vaya desacelerándose a lo largo del año. En la primera mitad del año, la creación de puestos de trabajo irá reduciéndose ante una contracción de la inversión privada y los despidos en el sector público. En la segunda mitad del año, la desaceleración prevista en el sector exportador, podría impactar al empleo en el sector manufacturero.
6. La inversión privada observará una contracción del 12%. El declive de la confianza de los agentes económicos propiciada en los últimos meses del 2018 ha provocado un importante freno en la inversión privada desde el último trimestre del 2018. Si no se da un importante cambio en la percepción de los inversionistas en relación al respeto al Estado de derecho, la inseguridad, la racionalidad de las políticas públicas, así como una sana gestión de las finanzas públicas, será muy difícil que esta desconfianza se revierta.
7. El déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos será mayor que el del 2018, a pesar del menor dinamismo de la economía. La desaceleración gradual prevista en el sector exportador va a generar un mayor déficit comercial y de la balanza de servicios.
8. Las finanzas públicas estarán sumamente presionadas a lo largo del año. Si bien las premisas sobre las cuales se elaboró el presupuesto son razonables y conservadoras, existen diversos factores que pueden generar ya sea menores ingresos como mayores gastos, lo que puede implicar la necesidad de tener que realizar ajustes o recortes adicionales.
9. El crédito a las empresas y al consumo se va a desacelerar. Ante el alza de las tasas de interés y la desaceleración económica esperamos un crecimiento mínimo en términos reales en el crédito otorgado por la banca al sector privado; tanto a los individuos como a las empresas.
10. Los mercados accionarios de México no tendrán buenos resultados en el 2019 anticipado la recesión para el 2020. Al anticiparse los mercados financieros a un escenario de desaceleración y de probable recesión para el 2020, con alzas adicionales en las tasas de interés, los mercados accionarios no podrían dar un rendimiento superior al de las tasas de largo plazo. Inclusive en un escenario de recesión, las bolsas mexicanas podrían dar rendimientos negativos dependiendo de que tan severa se pueda esperar dicha recesión para el 2020. Que tenga usted una muy feliz Navidad.