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SAN DIEGO.
Al iniciar 2019 y antes de cumplir dos años en la presidencia, Donald Trump enfrenta 17 investigaciones en su contra.
Nunca, ningún presidente tuvo que lidiar con tal cúmulo de averiguaciones en su contra, varias de ellas con el potencial de llevarlo a destitución del cargo.
Todas las investigaciones se podrían catalogar dentro de siete distintas áreas de averiguaciones con equipos judiciales separados, sin incluir las que se llevan en el Congreso:
Las que derivan del equipo del procurador especial, Robert Mueller, sobre la intervención rusa en los comicios que llevaron a la presidencia a Trump; las investigaciones sobre pagos a mujeres con las que Trump sostuvo relaciones extramaritales —una estrella porno y una nudista de revista—; los gastos sobre el comité de la inauguración de su presidencia.
También se le investiga por mal uso de fondos donados para caridad en la Fundación Trump que acaba de cerrar esta semana; pagos de entidades e individuos extranjeros; y por demanda por difamación.
Primero está la investigación sobre el ataque cibernético ruso a la elección en 2016. Se descubrió actividad oficial rusa en el proyecto Lakhta, que consistió en acciones para influir en el resultado de la elección y ahora trata de precisar si el equipo de campaña de Trump efectivamente acordó en la Torre Trump con emisarios rusos influir en la elección. Hay 25 rusos implicados hasta ahora.
Otra investigación averigua si revelaciones de WikiLeaks en tiempos de campaña también surgieron por injerencia rusa.
Una averiguación más se enfoca en el yerno de Trump, Jared Kushner, y sus relaciones con países que estaban muy interesados en que Trump fuera presidente, entre ellos Israel, Arabia Saudita, China y Qatar.
Por otra parte, se indagan acciones del exjefe de campaña de Trump, Paul Manafort, quien enfrenta ocho cargos federales, se le vincula con un empresario ruso vinculado con inteligencia de ese país, y cuya situación se complica luego de que autoridades federales descubrieran que Manafort accedió a colaborar presuntamente con investigaciones, pero mintió.
El exabogado de Trump, Michael Cohen, hizo hace unos días una revelación de la que inició otra investigación: Trump estaba interesado en construir otra Torre Trump en Moscú, con un valor, dijo, de cientos de millones de dólares.
Adicionalmente, y de acuerdo con la revista Wired, 14 exasociados de Trump tuvieron contactos con rusos durante la transición de la presidencia.
También se investiga a Trump sobre si el despido del exjefe de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), James Comey, fue por obstaculizar a la justicia.
En tribunales en Nueva York, mientras tanto, intentan precisar si Donald Trump estaba presente cuando el exabogado Cohen y el editor de una revista planearon callar a la estrella porno y la nudista de revista mediante pagos de dinero y la compra en exclusiva de sus historias, lo que habría violado leyes electorales para influenciar en los resultados.
También hace días surgió otra indagatoria: de dónde provino el dinero que se usó para pagar la inauguración de la presidencia de Trump y en qué se gastó. Esto surgió después de revisar documentos de la oficina de Cohen y de confirmar la presencia de personalidades rusas en el evento.
Derivada de esta última investigación, se desprendió otra más sobre aportaciones financieras electorales a la campaña de Trump bajo el nombre de proyecto Reconstruyendo América Ahora.
El fiscal especial Mueller comparte información con un tribunal federal en Nueva York sobre tres sujetos que cabildearon con fondos rusos, pero omitieron registrarse como agentes rusos, como era requerido. El trío está relacionado con Manafort.
Fondos ilegales
En otra corte federal en la capital estadunidense, mientras tanto, se investiga la manera en que una mujer que recientemente se declaró culpable de ser espía rusa, María Butina, pudo influir en fondos que otorgó la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y, posiblemente, de parte de conservadores estadunidenses a la campaña de Trump.
En una corte de Virginia se lleva un caso particularmente contra la rusa Elena Alekseevna Khusyaynova, quien habría interferido tanto en las elecciones presidenciales de 2016 como en las intermedias de noviembre pasado.
A partir de declaraciones del exasesor de Trump, Michael Flynn, quien fuera el primer implicado en la investigación sobre la injerencia rusa, derivó otra investigación sobre influencia turca.
Hay, aparte, una investigación sobre los impuestos que ha pagado Trump al estado de Nueva York.
También se investigan las finanzas del actual presidente a partir de la Fundación Trump, que se coordinó de manera irregular con la campaña presidencial de Trump.
Y en Maryland se le investiga porque Trump posiblemente recibió beneficios cuando el gobierno árabe saudita rentó 500 cuartos en el hotel de su propiedad.
Aparte de las 17 pesquisas, están las que quedan pendientes en el Congreso, que no procedieron porque la mayoría republicana en ambas cámaras lo impidió hasta ahora.