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San Juan Del Río, Qro. Dafne McPherson Veloz, quien fue juzgada por no actuar como buena madre y sentenciada a 16 años de prisión por el homicidiode su hija de ocho meses de gestación, pide a las autoridades y al juzgado que lleva su caso que ponderen las investigaciones, pues la criminalizaron basados en testigos y no en pruebas científicas.
En conferencia de prensa en el centro penitenciario San Juan del Río, la noche del viernes, McPherson asegura que desconocía que estaba embarazada por padecer hipotiroidismo, y a pesar de acudir varias veces al médico para atenderse por su enfermedad, ninguno la alertó de esa posibilidad.
El 17 de febrero de 2015, la joven trabajaba en la tienda Liverpool de este municipio. Señala que de pronto sintió un cólico y acudió al sanitario, donde percibió que algo se desprendía de su cuerpo. Había tenido parto prematuro (por el tiempo de gestación corresponden de 32 a 35 semanas de embarazo).
En junio de ese mismo año fue detenida y acusada por el delito de aborto, el cual fue reclasificado a homicidio calificado de su hija de ocho meses de gestación. Tres meses después fue sentenciada a 16 años de prisión.
Dice que ella fue la primera sorprendida por su embarazo porque ya tenía una hija de ocho años; pero la segunda vez su cuerpo no registró cambios y tenía periodo menstrual de forma irregular, además asistía con regularidad al médico y no hubo diagnóstico de gravidez.
La organización Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social ha declarado que su defendida se desangraba debido al parto prematuro, pues se desmayó en tres ocasiones y tuvo conmoción.
La acusada fue atendida en el baño de la tienda por paramédicos del lugar y de una compañía privada. La gerencia de Liverpool no permitió el ingreso de personal de la Cruz Roja para que auxiliara a la mujer y a la bebé; sin embargo, la única sentenciada por la muerte de la menor fue ella.
En la dirección del centro penitenciario, McPherson refiere que tanto personal médico y de la Fiscalía General del Estado (FGE), así como su primer abogado y personas de su entorno social, le dijeron que ella era la única culpable de la muerte de su bebé, por no actuar como lo debía hacer una buena madre.
Me hicieron sentir culpable por reaccionar como lo hice. Me dijeron que yo debí haber cuidado a la bebé, que debía haberla sacado del excusado. Pero yo no concebía el simple hecho de que había estado embarazada, que había tenido una bebé y ésta había muerto. Fue un proceso demasiado difícil, tardé mucho tiempo en asimilarlo, en aceptarlo, no he llevado un luto ni un duelo porque no he podido, expresa.
La joven rechaza la acusación de la fiscalía de que hubo dolo en la muerte de su bebé, al bajar varias veces la palanca del desagüe del baño. Dijo que eso no ocurrió, pues estaba conmocionada, porque hubo varias personas dentro del sanitario. Además la FGE no realizó una adecuada investigación, porque la acusación de homicidio está basada en dichos y no fue tomada en cuenta su versión.