ElFinanciero.com.mx/ A propósito del estado de la carretera por la que transitó para llegar a Tejupilco, en el Estado de México y de las simulaciones de los funcionarios públicos, el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo una recomendación para la audiencia del evento: una película.
Durante el arranque de la entrega de becas Benito Juárez en el Estado de México, para estudiantes del nivel básico, medio y superior, el mandatario explicó que encontró en malas condiciones la carretera por la que pasó a su regreso a la Ciudad de México desde Michoacán.
«Tenía el compromiso de estar con los integrantes del Ejército Nacional con las fuerzas armadas fìjense que ayer que pasé hacia Altamirano (Guerrro) hablé por teléfono con el encargado de conservación de caminos (de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes) y le dije ‘oye, yo no ando en avión, no tengo helicóptero, ando a ras de tierra como la gente y está muy mal el camino'», dijo.
Agregó que este sábado encontró a cuadrillas de trabajadores reparando la vía lo que, indicó era un ejemplo de las «malas costumbres» de las simulaciones de los funcionarios pues solo arreglan una obra si saben que el presidente va a llegar a la zona.
Para ejemplificar su reclamo, López Obrador recomendó a los asistentes una película dirigida por Alfonso Arau.
«No sé si vieron ustedes los jóvenes, si no la han visto ahí se las recomiendo, hay una buena película que se llama Calzonzín Inspector, buenísima, de cómo cuando iba a llegar una autoridad a un pueblo, hasta patines le ponían a los militares retirados, los vestían de honor; y si visitaba el hospital sacaban a los pobres enfermos que habían ahí, ponían camas nuevas, metían de enfermos a puro pesista para que el jefe llegara y viera que el hospital estaba bien atendido», explicó.
Por ello, el mandatario pidió a los funcionarios de su Gobierno acabar con las simulaciones y engaños al pueblo.
Calzonzín Inspector, estrenada en 1974, es un filme de sátira política dirigido por Alfonso Arau que sigue la vida del pueblo de San Garabato, al que llegará un inspector enviado de forma anónima por el gobernador del estado.
Ante esa situación, el alcalde de San Garabato lleva a cabo una serie de acciones para simular que su administración lleva a cabo bien las cosas, como el reprimir a la oposición, limpiar las calles, así como vaciar las cárceles. Sin embargo, las autoridades del pueblo confunden a Calzonzin con el verdadero inspector, lo que da paso a una serie de enredos.