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El artista, poeta e incansable activista social, Enrique Cisneros Luján, mejor conocido como El Llanero Solitito, murió este sábado en Ciudad de México a la edad de 71 años.
Durante más de medio siglo El Llanero Solitito usó diferentes manifestaciones artísticas para denunciar los abusos de los gobernantes y defender las causas populares. Siempre lograba reunir a nutridos públicos, por eso algunos opinan que El Llanero Solitito nunca estuvo solo.
Desde los años sesenta se mantuvo independiente y fue un convencido del poder transformador del arte. Alentó y promovió diversos proyectos de teatro callejero e impulsó el Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística de la UNAM (Cleta), colectivo que fomenta el arte, la promoción cultural alternativa, la pedagogía crítica y la agroecología.
Enrique Cisneros se caracterizó por estar comprometido con la realidad social y política del país y toda su obra se enfocó en lograr transformar la realidad en las urbes de la clase trabajadora.
Llevó su quehacer escénico a huelgas de trabajadores, escuelas, pueblos y barrios. Su personaje le permitía abarcar los temas que creía necesarios en su andar su trabajo de años.
En La Casa del Lago fue un referente de la cultura de izquierda. Incluso fundó un programa alterno al Festival Internacional Cervantino exhibiendo su capacidad de gestión, organización y sus relaciones con los artistas locales e internacionales.
El periodista Pedro Echeverría escribió: “Si alguien de izquierda en México debía ser querido, amado (no premiado como los burgueses que premian y castigan a sus personajes) por su intenso trabajo político diario –durante 50 años– ese es Enrique Cisneros. No conozco a nadie en todo México que haya trabajado tanto como él”.