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CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Son cinco los aspirantes a dirigir el PRI, que este lunes 4 cumple 90 años. Todos manifiestan su decisión de renovar ese partido, que se debate entre denuncias de intervención del expresidente Enrique Peña Nieto y presuntos acuerdos cupulares, pero sobre todo de amenazas de probables fracturas si la elección no se transparenta. Algunos militantes incluso señalan a varios de los contendientes de utilizar recursos oficiales.
Es en este escenario en el cual el exrector de la UNAM José Narro; el senador Miguel Ángel Osorio Chong; la exgobernadora de Yucatán Ivonne Ortega; el exgobernador de Oaxaca Ulises Ruiz, y el actual gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, intentan dirigir el PRI –que vive su peor etapa– y convertirlo en opción de gobierno para los comicios intermedios de 2021.
A pesar de que no se ha publicado la convocatoria para el registro de las candidaturas por la presidencia y la secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, los aspirantes se dividen en dos bandos: el de quienes participaron en el gobierno de Peña Nieto y el de quienes culpan al exmandatario de ser uno de los principales responsables de la derrota de los comicios del 1 de julio de 2018.
Ulises Ruiz, quien encabeza la corriente Democracia Interna y es uno de los principales detractores de Peña Nieto, sostiene: “Yo veo muy activo al expresidente detrás de la nomenclatura que está por salir del partido”; también critica a los gobernadores que dejó –Alejandro Moreno Cárdenas, en Campeche, y Alejandro Murat, en Oaxaca–, pues, dice, “son de su mismo corte”.
En diversas ocasiones ha demandado que Aurelio Nuño, extitular de la Secretaría de Educación y coordinador de la campaña de José Antonio Meade, sea llamado a cuentas; también se ha lanzado contra Enrique Ochoa Reza, quien dirigió el PRI durante la campaña de 2018 y es cercano a Peña Nieto.
Ruiz insiste: “Peña Nieto está jugando con dos grupos: con los gobernadores de su generación y con la nomenclatura que desde el partido está queriendo postular a alguien soñando que sea un candidato de unidad arrasador”.
La exgobernadora Ivonne Ortega también habla del peso negativo que representa Peña Nieto para el PRI. En las elecciones estatales realizadas durante la administración peñanietista, el partido perdió cerca de 5 millones de votos, dice.
Según ella, eso pasó porque se regresó a las formas que no eran las que los militantes querían. Lo que ellos deseaban, dice, era opinar, que los consultaran. Si se hubiera hecho esa consulta, añade, probablemente José Antonio Meade hubiera llegado con legitimación, con estructuras y militantes convencidos. “Pero no. El nuevo PRI regresó a las viejas formas y la gente nos cobró la factura”.
Las nuevas generaciones
En la reciente sesión ordinaria del Consejo Político Nacional, la dirigente del PRI, Claudia Ruiz Massieu, anunció que pedirá al Instituto Nacional Electoral (INE) que organice la elección de la nueva dirigencia.
Ruiz festejó ese hecho inédito, pues lo considera un triunfo de la corriente que él encabeza: “Si el INE conduce la elección interna, se garantiza que no haya dados cargados. Nosotros hemos venido impulsando la apertura del proceso y lo ganamos. El INE sólo tiene atribuciones cuando son elecciones abiertas, como la elección directa a la base militante que se prevé en los estatutos. Si fuera otro procedimiento, no hay intervención del instituto”.
Ortega también se manifestó a favor de la votación abierta a la militancia para elegir a la nueva presidencia del PRI. Habló de la importancia de que la generación de militantes de 25 a 38 años participe con ese método, porque ha sido la más afectada por los errores cometidos por la cúpula en los comicios de 2018 y que representa al viejo priismo.
Parafraseando a Peña Nieto –quien al inicio de su mandato incluyó a los entonces gobernadores Javier Duarte y Roberto Borge, de Veracruz y de Quintana Roo, respectivamente, como representantes del “nuevo PRI” y hoy están en la cárcel–, Ortega señala: “Hay que dejar atrás eso, pues a quien le tocará la mayor responsabilidad es a esta generación”.
–¿Lo que plantea es que el PRI se quite esos grilletes cupulares y abra la elección? –se le pregunta.
–Así es. No hay que tenerles miedo a las consultas. Es un proceso rico para que la gente determine quién será su mejor representante dentro de un abanico de posibilidades. El PRI no aguanta una decisión cupular más.
Osorio Chong, quien el pasado 25 de febrero, en una entrevista con La Jornada, confirmó sus deseos por dirigir el PRI, puso como condición que la candidatura sea de unidad, sin necesidad de buscar el voto directo entre los militantes de base.
Ruiz criticó a su correligionario y aseguró que con la petición de que el INE organice la elección interna con votación abierta a la militancia se cancelan las aspiraciones de Osorio Chong de ser el candidato único; también criticó a Moreno, acusándolo de usar los recursos de la entidad que gobierna –Campeche– para conseguir los apoyos de líderes de sectores, dirigentes estatales y hasta de gobernadores.
“Hay dirigentes de organizaciones y de órganos del partido que están abiertamente con Alejandro Moreno; incluso reciben recursos de él –sostiene Ruiz–. Es hacernos trampa entre nosotros. Por eso pedimos que quien acuda el día de la elección se anote en el listado del PRI, que es prácticamente una afiliación, y pueda votar en la elección interna. Con esto evitamos este tipo de prácticas.”
Defender a la nación
El pasado 28 de febrero Ulises Ruiz presentó ante el INE una queja por violación al artículo 134 de la Constitución a raíz del uso de recursos públicos por Moreno para su campaña por la presidencia del PRI. Lo hace, dijo, en compañía de Carolina Viggiano –la esposa del exgobernador de Coahuila Rubén Moreira, quien actualmente es el secretario de organización del PRI–, que intenta buscar la secretaría general.
Ruiz también denunció que la actual presidenta del partido, Claudia Ruiz Massieu, impulsa al gobernador de Campeche.
En su queja ante el INE, Ruiz incluyó como pruebas mensajes y promocionales difundidos por el gobernador Alejandro Moreno a través de las redes sociales en tiempos oficiales para alentar el voto a su favor, así como entrevistas de Ruiz Massieu anunciando las aspiraciones del gobernador de Campeche y de Carolina Viggiano.
“No tengo la menor duda de que el gobernador de Campeche está utilizando los recursos y me parece que los gobernadores tienen que tener responsabilidad y seriedad. Ya no deben tirar línea en sus estados”, comenta Ruiz en entrevista. Sostiene asimismo que los dirigentes de sectores y organizaciones que quieran participar tienen que pedir licencia a sus cargos.
–Están cayendo en las viejas prácticas. ¿Se está jugando el PRI la credibilidad?
–No sólo la credibilidad, sino la posibilidad de terminar con esas prácticas… Alejandro Moreno se ha reunido con gobernadores y con legisladores, a quienes incluso ya les ofreció candidaturas; con representantes de los sectores, a quienes les ofreció recursos; con la red de jóvenes hecha para su campaña, y usó los medios para el golpeteo. Son prácticas que ellos quieren que se mantengan, pero que se van a derrumbar el día de la elección.
Advierte que recurrir a las viejas prácticas para quedarse al frente del PRI es un acto suicida, sobre todo ahora que ese partido busca recuperar la credibilidad y confianza de la ciudadanía y de sus militantes.
–¿Hay posibilidades de una fractura en el PRI?
–Sí. Me parece que si hay condiciones de equidad, vamos a salir con un partido muy fuerte; si se hace trampa, se va a fracturar.
La exgobernadora de Yucatán Ivonne Ortega también advierte esos riesgos; de ahí su insistencia en que lo primero es recuperar la confianza de los militantes para que ellos puedan convencer a la sociedad de que el PRI es una opción de gobierno.
–¿Qué propuesta tiene para recuperar la confianza en el PRI no sólo de la militancia, sino de la sociedad, porque para ganar no es suficiente la militancia?
–Por supuesto que la militancia no es suficiente, pero en este momento lo más importante es recuperar nuestra militancia; hay que tener una base de donde partir para convencer a la sociedad.
En esta etapa de renovación, reitera, lo importante es que el PRI entienda que no está hecho para defender personas, sino a la nación.
Ortega enumera tres acciones principales para recuperar al PRI: “Inclusión; democratización (que haya consultas hasta para los comités municipales) y cercanía, es decir, una reconciliación como la piden los militantes en todo el país”.
–¿Qué pasa si no se dan esos tres factores?
–Si no se cumplen, difícilmente el PRI será nuevamente una opción de gobierno. No creo que desaparezca, pero si queremos ser un partido de oposición fuerte, con una oferta real y con posibilidades de volver a gobernar, tenemos que regresar al origen, es decir, a las bases. Si esto no pasa, será como darnos un balazo en el pie.