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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Durante todo 2017, 464 mil personas en todo el mundo fueron víctimas de homicidio por motivos de género, violencia entre pandillas y otros desafíos, superando en 521% los 89 mil muertos por conflictos armados, según el Estudio Mundial sobre el Homicidio 2019 publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés).
Dicho estudio muestra que en el último cuarto siglo las muertes violentas a nivel mundial se han incrementado en poco más de 17%, pues en 1992 se registraron 395 mil casos.
Según las cifras, las organizaciones del crimen organizado son responsables del 19% de todos los homicidios. Asimismo, el estudio destaca que, en los primeros 17 años del siglo XXI, estas bandas han sido responsables de la muerte de un número de personas igual al de todos los conflictos armados del mundo, lo que ha desestabilizado a países, minado el desarrollo socioeconómico y erosionado el estado de derecho.
No obstante, debido a que entre 1992 y 2017, la población mundial aumentó a un ritmo más rápido que el incremento de las víctimas de homicidio registradas, el riesgo general de ser asesinado por homicidio disminuyó, pues la tasa mundial promedio de homicidios disminuyó de 7.2 en 1992 a 6.1 en 2017.
Cabe destacar que, aunque la tasa de homicidios promedio a nivel mundial es de 6.1 por cada 100 mil habitantes, América y África duplican e incluso triplican esa cifra pues su tasa es de 17.2 y 13.0, respectivamente. En tanto, Europa registró una tasa de 3.0; Oceanía de 2.8 y Asia de 2.3.
En cuanto al género, el 81 por ciento de los asesinados eran hombres o niños y el rango de edad en donde se registraron el mayor número de casos fue entre los 15 y los 29 años. Aunque las mujeres y las niñas asesinadas en 2017 representaron una proporción mucho menor de homicidio que los hombres, sus victimarios suelen ser sus parejas sentimentales o algún familiar.
El estudio de la ONU destacada que la desigualdad, el desempleo, la inestabilidad política, la prevalencia de los estereotipos de género, la presencia de la delincuencia organizada y el fácil acceso a las armas de fuego, las drogas y el alcohol son factores que facilitan el homicidio en el mundo.
Ante ello, el organismo llama a que los gobiernos centren sus esfuerzos en garantizar el estado de derecho, el control de la corrupción y la inversión en el desarrollo socioeconómico, principalmente en educación.