La Basílica de San Pedro fue sometida ayer a una inédita desinfección
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Completamente desinfectada, la Basílica de San Pedro reabrirá este lunes sus puertas a los turistas, pero con estrictas normas de seguridad.
La célebre Plaza de San Pedro, que da acceso al santuario católico más grande del mundo, también volverá a abrirse al público.
Por el momento, no está prevista ninguna ceremonia religiosa pública con el papa Francisco, ni en el interior de la basílica, que puede acoger a 60 mil personas en tiempo normal, ni al aire libre en la Plaza de San Pedro.
Ayer por la mañana, un equipo de limpieza se ocupó de desinfectar la inmensa basílica de 23 mil m2, que pertenece al microestado de la Ciudad del Vaticano.
Bajo la cúpula diseñada por Miguel Ángel y alrededor del monumental baldaquino de bronce de Bernini, los trabajadores de mantenimiento, con máscaras y trajes de protección blancos, rociaron todas las superficies susceptibles de ser tocadas por los visitantes.
Un agente montado en un vehículo eléctrico se encargó de la limpieza de los suntuosos suelos de mármol policromado.
Según un responsable de la dirección sanitaria del Vaticano, Andrea Arcangeli, los agentes pulverizaron “una solución a base de cloro diluido, dosificado para no dañar las preciosas superficies y los objetos de arte”.
Este lugar había sido cerrado a los turistas el 10 de marzo, día del comienzo del confinamiento de toda Italia, foco de propagación del coronavirus en Europa.
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