Expertos calificaron este hecho como uno de los desastres más grandes para los elefantes en este siglo.
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Botsuana está investigando las “muertes misteriosas” de 275 elefantes, cuyos cuerpos fueron hallados en la concurrida zona del delta de Okavango. La caza furtiva sigue siendo un problema en el país, pero se ha descartado que sea la causa de estos decesos.
El Departamento de Vida Silvestre y Parques Nacionales del país africano dijo que está movilizando personal y aviones para comprender la causa de las muertes. Se han recogido muestras para el análisis en laboratorios de Sudáfrica, Zimbabue y Canadá, y se ha descartado que la causa sea el ántrax.
“No tenemos motivos para dudar de las cifras y seguimos verificando los informes”, comentó el director interino del departamento, Lucas Taolo, a la agencia AP.
Agregó que se ha advertido a las poblaciones locales que no se lleven los colmillos de los elefantes muertos.
Este es “uno de los desastres más grandes que afecte a los elefantes en este siglo, precisamente en el centro de uno de los principales destinos turísticos de África”, dijo el director del grupo National Park Rescue, Mark Hiley, en un correo electrónico.
“Enormes cantidades de elefantes están muriendo desde principios de mayo y normalmente el gobierno respondería en pocos días a un suceso de esta magnitud, pero aquí estamos, meses más tarde, sin que se hayan realizado los análisis y sin más información de la que teníamos al comienzo”, señaló
Dijo que es improbable que se trate del COVID-19, pero que por ahora no se puede descartar nada, incluido el veneno.
Botsuana tiene la mayor población mundial de elefantes. Un estudio aéreo realizado en 2013 mostró más de 156 mil en el norte del país.
El exministro de vida silvestre Tshekedi Khama atribuye el aumento de la caza furtiva en el delta de Okavango a la decisión del presidente Mokgweetsi Masisi de desarmar la unidad contra la caza furtiva en 2018.
Poco después de esa decisión, el grupo conservacionista Elefantes Sin Fronteras halló 87 elefantes despojados de sus colmillos en la zona.
En otra declaración el jueves, el gobierno denunció “un aumento alarmante de la caza furtiva de rinocerontes en el delta de Okavango”.