El sacerdote católico Rubén “N” fue vinculado a proceso y será enjuiciado como presunto responsable de la violación de una menor mientras ejercía su ministerio religioso en un templo de la diócesis de Irapuato.
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Rubén “N” fue detenido el 29 de junio mientras se ocultaba en un domicilio familiar en Morelia, y presentado ante la autoridad judicial en audiencia que inició el jueves y terminó este sábado con la vinculación que resolvió una juez penal una sala del Poder Judicial de esta ciudad.
El sacerdote permanecerá en prisión preventiva como imputado durante los próximos cuatro meses, hasta que termine la investigación complementaria e inicie el proceso preparatorio para el juicio, lo que ocurrirá a principios de octubre próximo, informó el propio Poder Judicial.
En un comunicado, la Diócesis de Irapuato se desmarcó del sacerdote e informó que dio aviso a las autoridades ministeriales “después de que se tuvo noticia de los presuntos ilícitos”, a fin de que respondiera por las acusaciones hechas por los padres de la menor.
Éstos presentaron una denuncia penal por los presuntos abusos cometidos en contra de la menor en el 2011.
El sacerdote oficiaba en la parroquia de San Felipe de Jesús, en la colonia Pradera.
Además, Rubén “N” se vio envuelto en otro escándalo, éste por los desvíos de unos 18 millones de pesos de la Diócesis, en el periodo del anterior obispo José de Jesús Martínez Cepeda, hechos de los que se acusó y se pretendió responsabilizar a una mujer que colaboraba en la administración.
Pero ella acusó a Herrera, así como al propio obispo y a otros sacerdotes de orquestar el desvío de los recursos obtenidos a través de un sorteo para el seminario diocesano.
En el comunicado de la Diócesis, que actualmente encabeza el obispo Enrique Díaz, éste advirtió que el sacerdote acusado fue separado del ejercicio del ministerio.
“Ahora está en manos de las instancias judiciales seguir las investigaciones correspondientes para llegar a la verdad del caso. Asumimos con pena y dolor este hecho, y de antemano pedimos perdón a quienes se puedan sentir ofendidos por este caso y manifestamos nuestra disponibilidad de asumir con responsabilidad los hechos que nos correspondan”.
El obispo Díaz expresó en este mensaje que la diócesis “nunca ha encubierto ni encubrirá actos que dañen, de cualquier modo, a otras personas”.