La organización criminal ha mostrado su beligerancia y su capacidad de fuego. Las autoridades mexicanas se han convertido en su objetivo prioritario
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Junio de 2019. Personeros de los principales cárteles del narcotráfico en México se habrían reunido ¿El motivo? Una especie de tregua al viejo estilo mafioso.
Hace un año, una fuente militar, citada por el periodista Salvador García Soto, informó a un grupo de gobernadores que tenían un reporte sobre una “cumbre narco” que concentraba a los capos y jefes de poderosas organizaciones criminales. Aunque no se detallaba el lugar y la fecha del encuentro, sí se confirmaba un dato principal: los líderes acordaron disminuir la violencia en el país.
En la reunión se encontraban todos los capos reconocidos, menos uno: Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación. Ese hecho puede explicar por qué de todos los grupos del narcotráfico, el cártel de las cuatro letras es en estos momentos no sólo el más agresivo y violento, sino también el más perseguido y afectado en su estructura criminal.
El Cártel Jalisco Nueva Generación surgió del Cártel de Sinaloa y Los Cuinis, y de los restos del extinto Cártel del Milenio. En julio de 2010, luego de la muerte de Nacho Coronel, uno de los lugartenientes más importantes de “El Chapo” Guzmán, la estructura delictiva de esta agrupación que dependía del Cártel de Sinaloa, se fragmentó en dos células: La Resistencia y el CJNG, liderado por Erick Valencia Salazar y “El Mencho”, ambos lugartenientes de Nacho Coronel.
Entonces se desató una guerra entre La Resistencia y el CJNG para tomar el control del trasiego de drogas a través del Pacífico, principalmente por el puerto de Manzanillo, en Colima.
Ese mismo año, el grupo criminal que lograría derrotar a La Resistencia continuó su expansión a Michoacán, Morelos, Guerrero y Veracruz, donde se hicieron llamar los “Mata-Zetas”. En marzo de 2012, Valencia Salazar fue detenido por elementos del Ejército mexicano, asumiendo posteriormente el liderato “El Mencho”.
Violencia y terror
La violencia y la corrupción perpetradas por la organización de “El Mencho” han sido clave para la rápida expansión de su imperio criminal.
En 2015, el Departamento del Tesoro incluyó a Oseguera Cervantes en su lista negra de narcotraficantes. Desde entonces, advirtió que el capo había aprovechado el debilitamiento de otros cárteles para expandirse.
Una de las causas de su incursión es que ha logrado coludirse con las autoridades locales en los estados donde ha penetrado. Además, hay que sumarle otro factor: la desatención por parte del gobierno de Peña Nieto hacia el cártel, y el beneficio que obtuvo en medio de la lucha que emprendieron las autoridades mexicanas contra otras organizaciones delictivas.
El último episodio de brutal violencia relacionado con el CJNG se registró el pasado 26 de junio, cuando al menos 25 sicarios atacaron el vehículo donde viajaba el jefe de policía, Omar García Harfuch y sus escoltas, en la capital mexicana.
El tiroteo duró apenas 20 minutos, pero se detonaron varios cartuchos de fusiles Barret calibre .50 y murieron tres personas. El Cártel Jalisco Nueva Generación iba por García Harfuch, quien ha golpeado sistemáticamente los intereses de ese grupo.
Las autoridades han declarado que la agresión se trata de un desafío al Estado. Semanas antes de los hechos, durante una reunión del gabinete de Seguridad Nacional, sus integrantes escucharon la grabación de una llamada telefónica entre presuntos sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación.
En el audio —interceptado por el Centro Nacional de Inteligencia y verificado por la DEA— los supuestos criminales hablaban (sin mencionar nombres) de un “ataque de alto nivel”. Entonces, el periodista Raúl Rodríguez Cortés, citó en su columna de El Universal, que el gabinete de seguridad definió cuatro posibles blancos del crimen.
Como primera posible víctima apareció, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, quien firmó la extradición a EEUU de Rubén Oseguera González, “El Menchito, hijo del líder del CJNG; el director de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, que ha emprendido una serie de acciones contra las finanzas del cártel; el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, que encabeza la estrategia antinarcóticos del gobierno, y finalmente Omar García Harfuch, quien desde su cargo como secretario de Seguridad de la Ciudad de México ha asestado duros golpes a la estructura del CJNG que se encuentra en la capital mexicana.