Partido Verde, un negocio familiar

Ha sobrevivido gracias a sus alianzas de coyuntura. De 1997 a 2020 recibió seis mil 986 mdp en financiamiento público
heraldodemexico.com.mx

La violación a la ley y las alianzas de coyuntura son la fórmula que el PVEM construyó para mantener su registro por 29 años, sin contar siquiera con una auténtica estructura partidista.

De 1997 a 2020, el Verde ha recibido seis mil 986 millones 678 mil 042 pesos de financiamiento público.

En 2000 comenzó su operación alianza al coaligarse con el PAN para enarbolar la candidatura presidencial de Vicente Fox.

La llamada Alianza por el Cambio llevó a Fox a Los Pinos y dio al Verde 18 diputaciones y cinco senadurías, una de ellas para Jorge Emilio González Martínez, hijo de Jorge Emilio González Torres, fundador y primer presidente del instituto político.

Alegando promesas incumplidas, el partido rompió con el PAN y el gobierno y, en 2003, ya liderado por El Niño Verde, se alió con el PRI.

El obviar la ideología permitió al Verde obtener 17 diputaciones en esa elección.

La coalición se repitió en 2006, cuando suscribieron la Alianza por México con Roberto Madrazo como candidato presidencial.

Madrazo no ganó la Presidencia, pero los Verdes conservaron 17 diputados (todos plurinominales) y subieron de cinco a seis senadores.

En la elección federal de 2009, la cláusula de vida eterna ya no existía y los votos comenzaron a contarse por separado, aunque los partidos fueran en alianza.

Pese a ello, el Verde, gracias a su alianza Primero México (nuevamente con el tricolor) logró 22 diputaciones, cuatro de ellas de mayoría relativa.

Su apoyo estructural al PRI era nulo. Ese año, ese partido tuvo que cargar con las estrategias del PVEM para darle la vuelta a la recién aprobada reforma electoral.

La violación consistió en contratar a los actores Maite Perroni y Raúl Araiza como voceros. Ellos protagonizaron spots, pero también concedieron entrevistas a revistas de espectáculos que, a su vez, fueron promocionadas en anuncios de TVespectaculares y demás espacios promocionales.

Ello, pese a que la adquisición de espacios en radio y televisión estaba prohibida por el código electoral.

El otrora IFE acuñó el concepto producto integrado para referirse a su estrategia para violar la ley.

Pero esto no fue suficiente para desatar su amarre con el PRI y, en 2012, la fórmula se repitió con Enrique Peña Nieto como candidato presidencial. El saldo: nueve senadores y 29 diputados para el Verde. También logró su primera gubernatura, en Chiapas, con Manuel Velasco como candidato.

Las violaciones a la ley llegaron al clímax cuando, en el marco de la elección de 2015, el Verde pagó spots para promover informes de sus legisladores, regaló boletos de cine y kits escolares.

Además, demandó al PRI, su aliado, encabezar más distritos electorales.

La jornada electoral llegó y, mientras el tricolor pasó de 212 a 205 diputados, el PVEM obtuvo 39 diputados, 10 más.

En 2018, el Verde repitió su alianza con el PRI (José Antonio Meade fue el candidato presidencial) y, ahora sí, sus números cayeron: ganó 16 diputaciones y cuenta con siete senadurías.

Sin embargo, al instalarse la legislatura le dijo adiós al tricolor y estableció una nueva alianza legislativa con Morena. Incluso, en la Cámara de Diputados aceptó ceder a ese partido a cinco integrantes de su bancada para que los morenistas pudieran presidir la Junta de Coordinación Política.

                                                         
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