El licenciado Erik Rauda dio a conocer las razones por las que se sumó a la defensa del influencer acusado de tentativa de feminicidio
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En un giro notable en el ámbito legal y mediático, Rodolfo ‘Fofo’ Márquez, conocido influencer, se encuentra en medio de un proceso penal por el delito de tentativa de feminicidio tras agredir a una mujer, identificada como la señora Edith, en un estacionamiento de una plaza comercial en Naucalpan.
Este caso ha capturado la atención pública no sólo por la gravedad de las acusaciones sino también por las implicaciones que tiene en la percepción de la justicia y la impunidad en el país.
Erik Rauda, abogado penalista de Fofo Márquez con una carrera que suma más de 25 años de experiencia, ha tomado un papel central en este caso.
Rauda, quien también es creador de contenido en plataformas como YouTube y TikTok, defendió activamente su posición y la de su defendido a través de su cuenta de Instagram, donde enfatizó: “defender no es sinónimo de impunidad”.
Esta afirmación se hace eco de la necesidad de una justicia imparcial y basada en los hechos, independientemente de la figura pública del acusado.
La discusión legal no se centra exclusivamente en el acto de violencia perpetrado, sino también en argumentos más amplios sobre la violencia de género y la intencionalidad detrás del ataque.
La defensa ha cuestionado si el ataque fue motivado por cuestiones de género y si realmente existió un peligro para la vida de la víctima. “La causa ajena que impidiera que Rodolfo consumara el delito de feminicidio fue el debate”, afirmó Rauda, señalando la complejidad del caso.
Las repercusiones del incidente han trascendido a las familias involucradas. Y es que la madre de Fofo Márquez envió una carta pidiendo disculpas a la señora Edith por el daño causado, intento que según Rauda, no afecta el proceso penal en curso: “nada va a impactar en el procedimiento penal”, aseguró el abogado.
“Yo no defiendo la impunidad, el señor Fofo Márquez realizó un acto que tiene que ser sancionado, me queda claro, les queda claro a ustedes y le queda claro a la sociedad, y a las autoridades, pero tiene que ser sancionado por el acto que cometió, no por la persona que es o quien fue o por lo que hizo en el pasado”, mencionó el experto en leyes.
“Al señor se le tiene que juzgar por lo que hizo, no por lo que es, y eso lo voy a defender, y eso a mí me honra como abogado; defender la legalidad es lo mínimo que puedo hacer como abogado”, abundó.
Mientras tanto, Edith, la víctima, quien sufrió lesiones graves que la mantuvieron en cama durante 25 días, reveló el severo impacto físico y emocional del ataque.
Este aspecto humano y el sufrimiento de ambas familias añaden una capa adicional de complejidad a un caso que ha captado la atención no solamente por sus implicaciones legales sino también por sus aspectos sociales.
El perdón de la víctima no es una salida en el caso Fofo Márquez
“La acusación es muy seria, a Fofo Márquez lo están acusando de tentativa de feminicidio, no procede el perdón, no proceden los acuerdo reparatorios, no hay salidas alternas (…) Ese delito lo que pretende es que él pague una pena corporal en donde prácticamente se está jugando la vida, con una cartita no se va a arreglar el asunto”.
Rauda reiteró que el caso presenta desafíos únicos y que no hay soluciones simplistas. “Los casos complejos tienen soluciones complejas”, mencionó, preparando al público para un proceso que promete ser extenso y detallado.
“Esto es para que también dejen esas especulaciones, van a pasar tres meses y se va a solucionar (…) no hay camino y no hay una ruta establecida, hay varias formas de atacar este problema, y no es una sola, son varias. Yo no sé cuánto va a durar, lo que sí sé es que va a tomar un tiempo resolver la situación y resolver la situación no significa la impunidad”, abundó.
La atención mediática sobre el ‘Fofo’ Márquez y su equipo legal también ha desencadenado un diálogo más amplio sobre la cultura de la impunidad y el papel de los influenciadores en la sociedad.
En este contexto, las declaraciones de Rauda ponen de relieve la importancia de separar la personalidad pública del individuo de los actos por los cuales se le juzga.