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Washington
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, negó ayer las acusaciones de que él y su escolta violaron normas migratorias tanto de Estados Unidos como de México al cruzar la frontera a pie cerca de El Paso, Texas, hace unos días.
En una carta obtenida por la agencia de noticias The Associated Press, el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza denunció que el alcalde transgredió las normas cuando fue a visitar un centro de detención de niños migrantes en la frontera.
Las acusaciones son totalmente ridículas, dijo De Blasio en conversación con reporteros.
Acérrimo crítico de las políticas migratorias del gobierno de Donald Trump, De Blasio fue a la frontera en Texas con otros alcaldes el 21 de junio, luego que Trump firmó una orden para frenar la política de separar a familias inmigrantes.
De Blasio fue a un centro de reclusión de menores inmigrantes pero se le impidió la entrada. Fue entonces a México y desde ahí cruzó al lado estadunidense para tener una mejor vista de la instalación. El Departamento de Policía de Nueva York es la entidad encargada de la seguridad del alcalde.
Según la misiva, un oficial uniformado de la Patrulla Fronteriza se percató del grupo en la llanura al sur de Tornillo, en Texas, que estaba tomando fotos de la instalación. El agente preguntó si con ellos iba alguien de la Patrulla Fronteriza o del departamento de relaciones públicas que pudiera autorizar su presencia. Un inspector de la policía neoyorquina dijo que no, y cuando el agente preguntó cómo habían llegado hasta ahí, el grupo señaló hacia México, según la misiva.
El agente les dijo que cruzaron la frontera ilegalmente y les pidió quedarse ahí mientras él buscaba a un supervisor. Les ordenó ir a un puesto oficial de cruce, como lo exigen las normas, dice la carta, pero los del grupo desoyeron la indicación, caminaron hacia sus vehículos y manejaron de vuelta a México. Reingresaron a territorio estadunidense por otro cruce fronterizo unas tres horas más tarde, según la carta.
De Blasio dijo que los agentes aprobaron el cruce luego que su equipo de seguridad pidió poder entrar a territorio mexicano para que los alcaldes pudieran ver mejor la instalación. Cuando estábamos ahí, nos dijeron dónde estaba la línea limítrofe y la respetamos, aseguró de Blasio.
Afirmó que en ambas ocasiones mostraron sus pasaportes y cruzaron con el permiso de los agentes en el puesto de control.