Riesgo de daño para peatones y automovilistas
Vecinos denuncian alcantarilla dañada en Avenida Las Torres y González Gallo, demandan que las autoridades correspondientes la reparen de inmediato, antes de que haya alguna afectación a peatón o a automovilista.
Los ciclistas y motociclistas también están en riesgo, por lo que la ayuda es prioridad.
En el cruce de las avenidas Las Torres y González Gallo en Puerto Vallarta, se ha convertido en una preocupación constante la situación de una alcantarilla dañada.
Este problema, que ha sido reportado por varios vecinos de la zona, afecta tanto a conductores como a peatones, generando un riesgo significativo para la seguridad vial.
La estructura de la alcantarilla presenta un desgaste evidente, con partes de su rejilla metálica deterioradas y el asfalto circundante en malas condiciones.
La falta de mantenimiento adecuado ha llevado a que esta alcantarilla se convierta en un obstáculo peligroso.
Los automovilistas que transitan por esta intersección deben maniobrar cuidadosamente para evitar daños en sus vehículos, lo que ha provocado varios incidentes menores y un par de accidentes graves en los últimos meses.
Los peatones, por su parte, temen pasar cerca de la alcantarilla por el riesgo de caer o tropezar con las partes sobresalientes y dañadas de la estructura.
A pesar de las numerosas quejas presentadas ante las autoridades municipales, la respuesta ha sido insuficiente.
Los vecinos han organizado varias reuniones y han enviado peticiones formales solicitando una reparación urgente, pero hasta ahora solo han recibido promesas sin acciones concretas.
Esta falta de atención por parte de las autoridades ha generado un sentimiento de frustración e impotencia entre los residentes de la zona.
La alcantarilla dañada no solo es un problema de infraestructura, sino también una cuestión de salud y bienestar para la comunidad.
Durante la temporada de lluvias, la situación se agrava, ya que el agua acumulada no fluye correctamente, provocando inundaciones en las calles adyacentes.
Esta acumulación de agua estancada, además de dificultar el tránsito, se convierte en un foco de proliferación de mosquitos y otras plagas.
Es imperativo que se tomen medidas inmediatas para solucionar este problema antes de que las consecuencias sean aún más graves.