Alfaro llama «pendejos» a los que siguen sin entender la gravedad del Covid-19

Es la primera vez que un gobernante usa la herramienta de las emociones para procurar hacer entender a sus gobernados que se vive una situación difícil por la pandemia del «Coronavirus», pero sobre todo por aquellas personas «consciente que cumple con su responsabilidad y también por los pendejos que siguen sin entender», así lo escribió en sus redes sociales el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez.

Por Lorena Moguel
NoticiasPV

Todo lo manejó en sus redes sociales. Se trata del estado emocional que ha provocado en el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, la situación que priva en la Entidad sobre la pandemia del «Coronavirus», sobre todo cuando se enteró que este jueves 23 de abril del 2020, se registró la muerte de cuatro personas y 19 nuevos contagios del Covid-19.

Así lo difundió y lo promueve en las redes el mismo Alfaro:

«Déjenme platicarles algo que pasó hoy. Hace un rato, después de una jornada muy pesada de trabajo me senté solo antes de comer. Traía mi cabeza dando vueltas, me sentía muy cansado y no tenía hambre.

Vibró mi teléfono con un mensaje que me llegaba. Pensé en no contestar y hacerlo hasta después de la comida. Pero la verdad, más como reflejo que como un acto de voluntad, leí lo que me acababa de llegar. Era un mensaje del secretario de Salud que me informaba que hoy tuvimos 4 muertos en Jalisco y 19 personas contagiadas por el virus.

Ha sido el peor día desde que inició esta crisis. Hoy empezábamos a ver el reflejo en muertes y contagios de lo que como sociedad dejamos de hacer hace algunos días.

La tristeza hizo que agachara la cabeza y cerrara los ojos. No puedo negar que sentí incluso, como hace mucho no me pasaba, ganas de llorar. Era una mezcla de sentimientos: tristeza, coraje, pero sobre todo frustración.

De repente parecía que ni todo el esfuerzo hecho hasta ahora había valido la pena. No habíamos podido salvar a esta gente y estaba siendo testigo de cómo la realidad nos golpeaba en la cara.

Cerré más fuerte los ojos. Apareció frente a mí la duda: ¿Tendrá sentido el enorme sacrificio que estamos haciendo ? ¿Por qué asumir yo la responsabilidad de obligar a la gente a no salir de su casa, a sufrir por la situación económica, a hacer lo correcto, para salvar vidas que a lo mejor no podremos salvar ? ¿No estaremos ante una realidad inevitable en la que nada podamos hacer ante la fuerza del virus?

Pero después de unos segundos abrí los ojos y encontré una respuesta a mis dudas. Estaba frente a mí Natalia, una de mis 4 razones para nunca rendirme. Sonreía y abrazaba a un elefante de peluche. Levantó los brazos para que la abrazara. Luego llegó mi güera y luego mi Joss.

También vi a mi alrededor. Estaba en Casa Jalisco, en donde la gente me puso para ser gobernador, estaba en el lugar en que siempre soñé estar. Dios había decidido que me tocara estar al frente de esta crisis en mi estado por alguna razón y entendí que no nos iba a dejar solos.

No necesité más.

Ni madres que nos vamos a rendir. Ni madres que vamos a aflojar el paso. Es por ellos, por nuestros hijos, por nuestros padres, por los que amamos. Es por los que hoy se fueron y por los que se irán en los próximos días. Es por los que están sufriendo y por los que los están cuidándonos. Es por la gente consciente que cumple con su responsabilidad y también por los pendejos que siguen sin entender.

Es por todos. Ni madres que nos vamos a rendir. A darle».

                                                         
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