Bruselas, 19 de febrero.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a Toyota con la aplicación de un fuerte impuesto si continúa con sus planes de construir una planta en México para exportar autos a su país. Toyota dijo que construirá una nueva armadora para construir autos Corolla para Estados Unidos. ¡De ningún modo! Construyan en Estados Unidos o paguen un fuerte impuesto fronterizo, escribió en su cuenta de Twitter.
En tanto, en Tokio, los presidentes de Toyota y Honda dijeron que no tienen planes inmediatos de reducir su producción de vehículos en México, ya que prefieren esperar hasta después de que Trump asuma la presidencia antes de decidir cambios. Toyota espera colaborar con el gobierno de Trump para servir en el mejor interés de los consumidores y la industria automotriz, afirmó el vocero de la compañía, Scott Vazin. El valor del peso mexicano se ha hundido en medio de los temores de que las políticas de Trump dañarían a la segunda mayor economía de América Latina.
Por su parte, Toyota México dio a conocer que los volúmenes de producción y de empleo en la región de Norteamérica no se verán afectados como resultado de nuestra nueva planta en Guanajuato, anunciada en abril de 2015. Añadió que no hay cambios en la estrategia regional bajo las circunstancias actuales.
El presidente de Toyota, Akio Toyoda, dijo más temprano el jueves que su compañía no tiene planes inmediatos de reducir su producción en México y que prefieren esperar a que Trump asuma la presidencia, el próximo 20, antes de decidir algún cambio. Producimos automóviles en México para mercados de Norteamérica y Europa y no tenemos planes inmediatos de cambiarlos, sostuvo el presidente ejecutivo y presidente de Honda Motor Co Ltd, Takahiro Hachigo, en la misma reunión.
Al mismo tiempo se dio a conocer que Ford deberá regresar al gobierno de San Luis Potosí el terreno de 280 hectáreas donde construiría su planta. El secretario de Desarrollo Económico del gobierno del estado, Gustavo Puente, dijo a Notimex que los directivos de Ford volverán para iniciar el proceso de retiro en el lugar. Toyota, Honda y Nissan Motor Co Ltd, las principales automotrices de Japón, tienen instalaciones de producción tanto en Estados Unidos como en México. Toyota y Honda también operan plantas en Canadá.
Esta es la más reciente de las amenazas del presidente electo de Estados Unidos contra automotrices que construyen en México y exportan a Estados Unidos, luego de que esta semana amagó a General Motors con tasar con un fuerte impuesto las exportaciones de sus autos Chevy Cruze fabricados en su planta mexicana.
El segundo día hábil del año que se inicia Ford anunció su decisión de cancelar una inversión de mil 600 millones de dólares para la construcción de una planta en el estado de San Luis Potosí, tras meses de ser criticada por Trump. Ford expresó que su decisión obedecía a una baja en la demanda de sus autos compactos, aunque Trump se apresuró a felicitar a la empresa por su decisión. Buena parte de los vehículos producidos en México y Canadá son exportados a Estados Unidos, el mayor mercado para los fabricantes de vehículos japoneses.
El plan de Toyota
Toyota anunció en septiembre pasado sus planes de invertir 150 millones de dólares para modernizar su planta en Baja California, que fabrica camionetas pick up modelo Tacoma en el norte de México. La planta produciría cerca de 200 mil autos modelos Corolla destinados al mercado de América del Norte para 2019.
En un encuentro con medios de comunicación en Japón, el presidente de la empresa, Akio Toyoda, insinuó que tomaría en cuenta al presidente electo Donald Trump en las decisiones de la empresa para participar en el mercado de Estados Unidos.
Toyoda afirmó, según versiones de prensa, que le gustaría observar de cerca varias decisiones que tome Trump respecto de los acuerdos comerciales de Estados Unidos, en especial con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El TLCAN ha sido clave para la operación de la industria automotriz en América del Norte, con cadenas de valor integradas y una producción conjunta entre países.
Los fabricantes de automóviles en Estados Unidos han sido criticadas por Trump por construir vehículos en fábricas de costos más bajos al sur de la frontera, algo que en su opinión afecta al empleo en Estados Unidos. La presión para frenar esa práctica de las empresas se intensificó esta semana, después de que Ford Motor Co dio marcha atrás en sus planes de construir una planta de ensamblaje en México valorada en mil 600 millones de dólares tras la presión del presidente electo.