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Andrés Manuel López Obrador anunció ayer que en los primeros tres años de su gobierno las gasolinas sólo aumentarán conforme la inflación y, una vez logrado el rescate urgente del sector energético, a partir del cuarto año bajará el precio de los combustibles y la energía eléctrica.
Reunido con integrantes de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), ofreció gobernar juntos, lograr de manera conjunta el desarrollo del país, así como elevar a 4 por ciento anual el crecimiento del producto interno bruto (PIB), el doble que en el periodo neoliberal, con el propósito de romper con el inadecuado promedio de los 35 años recientes y salir del estancamiento económico.
Ayer, como la semana anterior con los empresarios, López Obrador obtuvo el respaldo de los industriales a su proyecto, y el presidente de Concamin, Francisco Cervantes Díaz, detalló que se confeccionará con la próxima administración un plan para el sureste: que el cambio que viene vea frutos y resultados.
Cervantes Díaz, a quien el virtual presidente electo definió como un empresario con dimensión social, en favor del cambio verdadero, sostuvo que en el encuentro se logró una comunicación increíble con el ganador de las elecciones.
En conferencia de prensa posterior al encuentro, en un hotel de Polanco, López Obrador anunció que se analiza la posibilidad de otorgar estímulos fiscales a proyectos específicos, y confirmó sus compromisos de campaña de no aumentar impuestos en términos reales y bajar las tasas de IVA e ISR en la frontera y además en el Istmo de Tehuantepec.
También habló del objetivo de la descentralización de las secretarías de Estado: que el desarrollo del país sea parejo, horizontal; no queremos que sólo sigan creciendo ciertas zonas del territorio.
Sostuvo que la tasa de crecimiento de 2 por ciento del PIB es el promedio nacional, pero en regiones como el Bajío y la Riviera Maya, y algunas ciudades fronterizas grandes, es de 5 u 8 por ciento, pero en otras está abajo de cero.
Afirmó que el bajo crecimiento ha impedido que se puedan crear empleos en el país; a eso se debe en mucho el fenómeno migratorio y también problemas de pobreza, inseguridad y violencia.
Lo que se busca, agregó, es que la inversión pública o privada no se concentre sólo en algunas regiones, y para ello se necesita el esfuerzo de todos. No se podría hacer sólo con la participación del sector público; se requiere del sector privado y social de la economía, resaltó.
Explicó que la descentralización de las secretarías comenzará con las de Medio Ambiente, en Mérida, Yucatán, y de Turismo, en Chetumal, Quintana Roo.
Al respecto, y luego de que López Obrador también se entrevistó por la tarde con integrantes de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, el próximo jefe de gabinete, Alfonso Romo, explicó que el programa de descentralización será paulatino, sin que se afecte al personal y sus familias: no será algo irresponsable, será cuidadoso, para que con un plan de trabajo esas personas puedan encontrar un lugar. Será sumamente lento, para no generar molestias; definitivo, pero lento, para evitar el desequilibrio familiar, indicó.
Dijo que entre agosto y septiembre se presentará el presupuesto y en ese momento se conocerá el costo del traslado de las dependencias.
Asimismo, respecto de su oferta de campaña de frenar los gasolinazos, López Obrador detalló: Tres años sin aumento en términos reales y tres años, cuando tengamos infraestructura, vamos a bajar los precios y los insumos, porque no sólo vamos a producir las gasolinas, sino que vamos a a generar más energía eléctrica con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Porque, explicó, ya no cerrarán las plantas de CFE y se va a utilizar toda la capacidad de las hidroeléctricas para producir energía limpia y barata.
Indicó que si bien no le gusta la palabra, la industria energética atraviesa por una crisis severa, sobre todo en producción de petróleo crudo y gas. Si no intervenimos, si no hay un plan emergente, se nos puede producir una crisis de mayor intensidad, concluyó.