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Andrés Manuel López Obrador tomó posesión de la presidencia de México con la promesa de abolir las políticas de libre mercado que, según dijo, habían sido una “calamidad” para el país.
El nacionalista de izquierda de 65 años de edad atacó al neoliberalismo mientras se comprometió a iniciar una “cuarta transformación de México” en un combativo discurso el sábado pasado que a veces incomodó a su antecesor Enrique Peña Nieto, quien era favorable a los negocios.
“Hoy inicia no sólo un nuevo gobierno, sino un cambio de régimen político”, dijo López Obrador, cuya victoria electoral derrocó un sistema político que se había aferrado al poder durante más de un siglo.
Su tono alarmó a líderes empresariales. Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex, tuiteó que el discurso contenía “expresiones polarizantes… cargadas de ideología retrógrada”.
Los mercados mexicanos han sufrido grandes pérdidas debido a que los inversionistas se han asustado por el cambio de enfoque y estilo disruptivo de López Obrador, pero el nuevo presidente dijo: “Me comprometo, y soy hombre de palabra, a que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras y se crearán condiciones para obtener buenos rendimientos”.
El presidente, un activista social desde hace mucho tiempo, asume el cargo con el mandato más sólido en una generación tras una victoria aplastante que también le dio a su partido una mayoría en ambas cámaras del Congreso.
El nuevo presidente lanzó un feroz ataque en contra del orden establecido económico y las reformas energéticas completadas en 2013, que fueron la pieza central de los logros políticos de Peña Nieto.
Condenó “el manifiesto fracaso y la evidente corrupción” de las políticas neoliberales que, según dijo, habían generado sólo una fracción del crecimiento de décadas anteriores, y una corrupción desenfrenada.
“Haremos todo lo que podamos para abolir el régimen neoliberal”, dijo el nacionalista en un discurso en el congreso ante decenas de dignatarios extranjeros.
Los críticos dicen que el nuevo presidente se niega a escuchar. Claudio X González, presidente de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, una ONG, tuiteó que su discurso fue “retrógrado, no progresista”
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