proceso.com.mx
TULANCINGO, Hgo. (apro).– Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tuvo que entrarle al quite para defender al gobernador priista de Hidalgo, Omar Fayad, de la rechifla y gritos de “huachicolero”, “fuera, fuera” y “corrupto” que ensordecieron el ambiente del estadio Primero de Mayo, ubicado en la zona centro de esta ciudad.
En un tono conciliador, el tabasqueño tuvo que desviar su discurso dedicado a la presentación de los programas integrales de desarrollo de su gobierno para calmar los ánimos entre los cientos de asistentes que abarrotaron dicha unidad deportiva.
“Aunque haya diferencias y discrepancias, yo quiero reconocer la actitud responsable del estado de Hidalgo, Omar Fayad. Tenemos que trabajar de manera conjunta y organizada”, señaló López Obrador, lo que provocó la negativa de la gente.
Obrador tuvo que convencer a sus seguidores de fomentar la unidad en momentos difíciles como los vividos en los últimos días ante la muerte de 100 personas por la explosión de una toma clandestina de gasolina en el municipio de Tlalhuelilpan, al noroeste de la entidad.
AMLO soltó que “tenemos que enfrentar los problemas por difíciles que sean, aunque duelan, tenemos que dar la cara, enfrentarlos. En este momento más que ningún otro, tiempo para la unidad, tenemos que ponernos de acuerdo y poner por delante el interés general, del pueblo y de la nación”.
Y matizó: “Yo soy respetuoso de las organizaciones políticas, de los partidos, pero ahora necesitamos la unidad de todo el pueblo para sacar adelante a nuestro querido México o, para decirlo de otra manera, el único partido que debe interesarnos bajo estas circunstancias es el pueblo de México”.
Es que, en su turno al micrófono, Fayad se vio obligado a levantar la voz, casi gritar para contrarrestar los incesantes silbidos y cientos de reclamos en su contra mientras lanzaba su discurso.
Sin embargo, las mentadas de madre y los gritos de repudio continuaron mientras el gobernador hacia un recuento de las cuatro veces que AMLO ha visitado Hidalgo.
“Hemos recibido a López Obrador en cuatro ocasiones. La primera para acercarse a las instituciones y al pueblo durante la transición; la segunda es para darle vida a la Normal Rural del Mexe y presentar el programa de las 100 universidades; la tercera vez fue para acompañarnos en uno de los momentos más tristes de nuestra historia, la tragedia de Tlahuelilpan, y hoy para presentar el programa de bienestar social”, enfatizó Fayad, mientras fruncía el gesto.
Por su parte, el mandatario prometió que el huachicoleo ya no será una necesidad para el pueblo, pues su gobierno creará oportunidades para jóvenes y para los de más bajos recursos a través de becas, recursos económicos a aprendices, apoyos a adultos mayores y a discapacitados.
De hecho, aseguró que a la gente dedicada al robo de combustible no se le condenará, porque “como seres humanos, tenemos la capacidad de mejorar nuestra actitud ante las circunstancias”.
AMLO habló como líder moral y dijo que los programas impulsados desde su administración son parte del “humanismo” concedido desde el pueblo. También dejó claro que “ni las riquezas, ni la fama y tampoco los grados académicos dan felicidad cómo el estar bien consigo mismo, con el alma y con el prójimo”.
Y para redondear, López Obrador buscó la reconciliación de los hidalguenses con su gobernador al decir:
“De quién es la soberbia de no actuar con respeto y con humildad. A ver, un aplauso a Omar Fayad”. Apenas unos cuantos le hicieron caso al presidente.