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Ciudad de México. La decisión final sobre la construcción de una nueva terminal aérea en el valle de México será tomada por el nuevo gobierno partir de una consulta ciudadana vinculante a nivel nacional que se realizará los últimos días de octubre próximo, anunció el presidente electo Andrés Manuel López obrador, al prometer transparencia en el proceso. «No vamos a inclinar la balanza «, subrayó.
La decisión se tomará antes de que concluya el actual sexenio y, si se optara por seguir la obra actual, en Texcoco, se abriría el camino de las concesiones a fin de evitar un gasto multimillonario al erario.
La información contenida en el dictamen entregado al presidente electo se encuentra a disposición del público en esta dirección: https://lopezobrador.org.mx/2018/08/17/documentos-de-consulta-sobre-aeropuerto/
El equipo responsable, del gobierno electo, en el que participan los próximos secretarios de comunicaciones, hacienda, turismo y el jefe de la oficina de la presidencia de la República, presentó un dictamen técnico en el cual puntualiza ventajas y desventajas en los dos proyectos sobre la mesa: el que se construye actualmente en Texcoco, a cargo del gobierno federal, y el propuesto por López Obrador en su campaña electoral, que consiste en la construcción de dos pistas en la base militar de Santa Lucía, el cual co existiría con el actual aeropuerto de la Ciudad de México.
«Voy a pedirle al pueblo de México que me ayude a deshacer el entuerto, como dijo el Quijote», expresó López Obrador durante la conferencia de prensa ofrecida esta mañana. Es un tema que heredamos, subrayó.
Javier Jiménez Espriú, próximo secretario de Comunicaciones y transportes, explicó que las dos opciones que se barajan son continuar con la obra en Texcoco o detenerla y, en cambio, construir dos pistas en la base militar referida, que operaría de manera simultánea con el aeropuerto Benito Juárez.
Las ventajas de continuar con Texcoco serían su cercanía con la Ciudad de México, la posibilidad de que se convierta en una terminal multimodal; que el gobierno federal ya cuenta con un terreno, que la obra está financiada al 75 por ciento y el resto se puede pagar con el cobro de tarifa por uso de aeropuerto (TUA) que pagan los usuarios, y que la obra ya tiene un avance del 31 por ciento.
En contra opera el hecho de que el costo se ha elevado de 169 mil millones de pesos, previstos en 2014, a 300 mil millones de pesos, este año; que hay un retraso de cuatro años y que existe un riesgo por el hecho de que se debe desconectar de manera simultánea la operación de la actual aeropuerto con el nuevo.
Respecto de Santa Lucía, una ventaja es que su costo ascendería a 70 mil millones de pesos, y se fortalecería un sistema de aeropuertos en el valle de México al contar con dos terminales.
Sin embargo, la operación simultánea de los aeropuertos no es viable, de acuerdo con un dictamen elaborado por Mitre, un organismo especializado que depende del Instituto Tecnológico de Massachusetts, y que fue entregado al equipo de transición en la madrugada del miércoles, informó Jiménez Espriú.
El futuro secretario de Comunicaciones explicó que la cancelación de la obra que actualmente se realiza en Texcoco tendría un costo de 100 mil millones de pesos, y contar con dos aeropuertos aumentaría los costos de operación de las aerolíneas.
También hizo referencia a un estudio que se encargaría a un grupo de especialistas chilenos, en caso de que el resultado de la consulta se incline hacia la opción de fortalecer la base militar.
En este contexto, el presidente electo reconoció que se trata de un tema complicado, difícil, por eso la necesidad de resolverlo entre todos.
«No podemos tomar decisiones a la ligera, y para no equivocarnos lo mejor es preguntar», dijo.
Ante la variedad de preguntas de los reporteros acerca de la valía de la consulta, López Obrador fue enfático en cuanto a que el pueblo de México no es menor de edad y la decisión no se va a tomar por un pequeño puñado de hombres.
«Lo que no aceptamos es una camisa de fuerza, insisto enderezar el entuerto, como lo dijo el Quijote. Tenemos vocación democrática y no responderemos a intereses creados, sólo al pueblo».