La atleta europea dijo que si volviera a encontrarse con Khelif le daría un abrazo.
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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La boxeadora Angela Carini, quien decidió abandonar su combate ante la argelina Imane Khelif, tras 46 segundos, en los octavos de final en París 2024, ofreció una disculpa por el trato que dio a su rival.
En una conferencia de prensa posterior a su abandono de pelea ante Khelif, la italiana señaló que decidió no continuar con el combate debido a que nunca había recibido golpes tan fuertes, “ni siquiera hombre en un sparring”.
Tras estos señalamientos, su rival, comenzó a recibir comentarios que aseguraban que no era mujer, sino una persona trans, por lo que no era “justo” que peleara contra mujeres. Después del combate en el que resultó ganadora, Khelif se acercó a Carini para estrechar su mano, sin embargo, la europea rechazó hacerlo y a ignoró.
Este día, la italiana ofreció una entrevista para La Gazzetta dello Sport en donde habló de lo ocurrido. “Quería subir al ring. Pensé en mi padre, que es un ejemplo de vida para mí, y en los esfuerzos que hice para estar aquí. Le pedí a mi padre que está ahí arriba que me dé fuerzas, pase lo que pase estaría a su lado. Mi padre y Dios eligieron este camino, por lo que a mí respecta respeto a todos mis oponentes. Pero en menos de un minuto, ya no tenía ganas de pelear. Recibí un golpe en la nariz y perdí el equilibrio, no respiraba así que dije basta”, argumentó Carini.
Respecto a su oponente argelina, la púgil europea mencionó que a ella no le corresponde decidir si podía estar ahí o no, y que si el Comité Olímpico Internacional (COI) lo había permitido se tiene que respetar esa decisión. Agregó que lamenta los comentarios que ha recibido su rival y que lamenta no haber estrechado su mano cuando ella lo ofreció. “Si la vuelvo a ver la abrazaría”.
“Nunca experimenté nada similar. Recibí muchos golpes. Soy una luchadora y alguien que nunca se detiene ante el dolor. Con toda mi determinación y terquedad, no pude seguir adelante. Me duele muchísimo la nariz. Tengo el corazón partido. Soy una luchadora, mi padre me enseñó a ser una guerrera. Entro al ring con sangre en los ojos”, dijo.
Al ser cuestionada sobre cuáles eran las sensaciones que la rodeaban y cuál sería el siguiente paso en su carrera, respondió: “Ciertamente no me avergüenzo, ¿de qué tengo que avergonzarme porque me di por vencida por no poder luchar? Eso no es vergonzoso, al contrario. Ahora digo adiós al boxeo”.